Halladas las primeras pruebas de hierro procedente de una supernova en fósiles de bacterias

Por Ame1314 @UniversoDoppler

Científicos de la Universidad Técnica de Munich (TUM) han descubierto la primera evidencia biológica probada de una supernova en la Tierra, tras la búsqueda de indicios de hierro de una supernova en bacterias microfósiles.

En los restos fósiles de bacterias amantes del hierro,  investigadores del equipo Cluster of Excellence Origin and Structure of the Universe, encontraron un isótopo radiactivo de hierro que se remonta a una supernova en nuestra vecindad cósmica. Esta es la primera firma biológica probada de un estallido en nuestra tierra. La determinación de la edad del núcleo perforado en el Océano Pacífico mostró que la supernova debió de haber ocurrido hace unos 2,2 millones de años, más o menos en la época en la que se desarrolló el ser humano moderno.

La mayoría de los elementos químicos tienen su origen en supernovas. Un evento que sucede cuando una estrella termina su vida en un estallido gigantesco que acaba arrojando la mayor parte de su masa al espacio. El isótopo radiactivo de hierro Fe-60 se produce casi exclusivamente en tales supernovas. Debido a que su vida media de 2.6 millones de años es corta en comparación con la edad de nuestro sistema solar,  no debía de haber hierro procedente de una supernova en la Tierra. Por lo tanto, cualquier descubrimiento de Fe-60 en la Tierra indicaría como procedencia una supernova en nuestra vecindad cósmica. En el año 2004 los científicos del Instituto TUM descubrieron Fe-60 en la Tierra por primera vez en una corteza de ferromanganeso obtenido del fondo del Océano Pacífico ecuatorial. Su datación geológica coloca el evento hace unos 2,2 millones de años.

Las llamadas bacterias magnetotácticas viven en los sedimentos de los océanos de la Tierra, cerca de la interacción agua-sedimento. Generan dentro de sus células cientos de diminutos cristales de magnetita (Fe3O4), cada uno de aproximadamente 80 nanómetros de diámetro. Las bacterias magnetotácticas obtienen el hierro del polvo atmosférico que entra en el océano. El astrofísico nuclear Shawn Bishop de la Technische Universitaet de Munich conjetura, por tanto, que el Fe-60 también debía residir dentro de los cristales de magnetita producidos por bacterias magnetotácticas existentes en el momento de la interacción de una supernova con nuestro planeta. Estos cristales producidos por bacterias, cuando se encuentran en los sedimentos mucho después de que sus bacterias de acogida hayan muerto, se llaman “magnetofósiles.”

Shawn Bishop y sus colegas analizaron partes de un núcleo de sedimento del océano Pacífico obtenido durante el Programa de Perforación Oceánica, datados entre 1,7  y 3 millones de años. Tomaron muestras de sedimentos correspondientes a intervalos de unos 100.000 años y los trataron químicamente para disolver selectivamente los magnetofósiles -extrayendo así cualquier Fe-60 que pudieran contener.

Por último, mediante el sistema de espectrometría de masas de acelerador ultra sensible en el Laboratorio Maier Leibnitz en Garching, Munich, encontraron un indicio tentador de átomos de hierro-60 que aparececieron hace 2,2 millones de años, lo que coincide con lo previsto del estudio de ferromanganeso. “Parece razonable suponer que la señal aparente de Fe-60 podrían ser restos de cadenas de magnetita formadas por bacterias en el lecho marino cuando el polvo estelar fue derramado sobre ellas desde la atmósfera”, dice Shawn Bishop. Él y su equipo están preparandose para analizar un segundo núcleo de perforación de sedimentos, que contiene más de 10 veces la cantidad de material que el primer núcleo, para ver si también existen en él señales de Fe-60 y, de ser así, trazar la linea temporal del material.

Enlace original: Researchers find hints of Supernova iron in bacteria microfossils