"Con observaciones de muy alta resolución hemos hallado nuevas fuentes y descubierto una estructura global en lo que pensábamos que era una cadena de supernovas jóvenes y remanentes de supernovas, y que demuestra la existencia de un núcleo activo poco luminoso que presenta un chorro de material similar al de la galaxia M81", comenta Miguel Ángel Pérez-Torres, astrofísico del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) que encabeza la investigación.
Aunque la existencia de este núcleo activo se predijo en 2003, su situación seguía siendo una cuestión abierta y los estudios sobre Arp 299-A se han centrado en sus intensos brotes de formación estelar, producidos por la inyección de gas que supone su interacción con la galaxia compañera. "Este resultado sugiere que los procesos de fusión de galaxias llevan asociados no sólo estallidos de formación estelar, sino también la existencia de actividad nuclear", apuntan los autores.
El trabajo ha indagado también en la naturaleza de un objeto muy cercano al núcleo activo, una supernova de tipo II muy joven y de evolución muy lenta rodeada de un medio interesterlar denso. Se trata de la supernova más cercana a un agujero negro supermasivo detectada hasta la fecha, cuya existencia parece difícil de explicar: este tipo de supernovas se producen por la muerte de estrellas muy masivas, y son poco comunes en las regiones tan próximas al agujero negro central. Los autores proponen, sin embargo, que estrellas de este tipo podrían obstaculizar el acrecimiento de material en torno al agujero negro y explicar así la baja luminosidad del núcleo activo de Arp 299-A.
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