Halloween (1978). La evolución del filme slasher

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

‘Halloween’, del aclamado director John Carpenter, es fundamental para entender el género ‘slasher’ que en la actualidad abunda en cartelera. Hace un buen número de años se consideraba un riesgo financiar este tipo de filmes, o tan siquiera estar involucrado porque portaría el estigma de crear basura de mal gusto. Hoy se ha convertido en un género que tiene su sitio asegurado como el más rentable, seguro y en algunos casos hasta respetado gracias a películas pioneras como esta misma.

Por lo general, una película tarda en reclamar respeto, pero esta vez, el impacto inicial llega en los primeros minutos cuando marca nuestras mentes con la imagen de un niño de seis años disfrazado con un traje de payaso y perpetuando el acto innombrable como es asesinar a su propia hermana. El estilo, la forma y la innovación de ver la acción dentro de la mascara del asesino es lo que convierte tal momento en icónico y que marca un precedente en el género.

Sin saber nada al respecto de ‘Halloween’, de inmediato me hizo recordar a ‘Psycho’ de Alfred Hitchcock, en especial la forma en como el asesino mantiene el arma para crear un suspenso que tiene su clímax en una imagen que lacera la mente; es indudablemente de tal escuela. Carpenter inclusive en entrevistas no oculta su inspiración y hasta se podía haber catalogado como plagio, si no fuera porque evoluciona el terror a niveles que en la actualidad esta presente en el cine como una fórmula desgastada.

Después de varios años en donde el niño llamado Michael Myers es educado en el arte de la sanidad dentro de un centro psiquiátrico -lamentablemente sin mucho éxito-, logra escaparse gracias a la ayuda de una enfermera muy asustada como para detenerlo.  Y como hay que darle significado a esta aventura, resulta que los tiempos no pudieron ser mejores que en vísperas de Halloween. Otros directores y guionistas nos hubieran ofrecido los detalles del escape, pero prefiero la sencillez de ver a una enfermera gritar ante un vidrio de auto roto. Eso, o simplemente las limitaciones económicas. Y eso no hay forma de como disfrazarlo.

Es evidente lo humilde que es la producción y que en buena medida Carpenter logra disfrazar con el uso inteligente de la cámara y mucha técnica lo que podría haber pasado como proyecto de estudiante de cine. Pero hay detalles como los efectos de sonido que delatan las condiciones austeras que debieron de haber superado. Y de todas formas, creo que es parte del encanto. No existe un aire de ser un producto artificial de Hollywood porque logra transmitir un horror sincero que lamentablemente podemos presenciar.

Es después de la fuga de Myers cuando la película se dedica a desarrollar el personaje de Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) con todo y sus actividades cotidianas. Es cierto, que en la actualidad esto de ver como la adolescente conversa con su amiga mientras regresan de la escuela, resulta decadente ante una audiencia hambrienta de adrenalina, sin embargo, esto que podríamos llamar relleno tiene el objetivo de generar suspenso, miedo y que uno no puede poner en duda la recompensa en un tercer acto que es de pesadillas.

La forma en como se genera una tensión siempre presente de que Laurie es vigilada por una ente extraño, en donde solo su instinto logra ayudarla a mantenerla en constante vigilancia, es algo que se ha perdido y que se sacrifica por el impacto inmediato con herramientas como ver sangre, sonidos o efecto visual. La sencillez de nuevo se impone como un acierto y no tanto como un impedimento.

El desenlace es de lo más memorable y sobretodo por Curtis que trae a la mesa una vulnerabilidad apropiada a la edad del personaje, pero más por la astucia que demuestra al momento de sobrevivir. Un detalle es que a actriz tenga los pulmones para gritar de terror, y otra es que uno se lo crea, y vaya que esos instantes cuando Myers se enfoca en aniquilar a la niñera son emocionantes, llenos de adrenalina y suspenso.

No se me puede olvidar la banda sonora que forma parte de otro ingrediente más de la fórmula de Hitchcock, y que bien muestra su modernidad al ser de tipo electrónico. Cada escena es magnificada con esa incesante melodía que alarma los sentidos.

Uno de los pocos detalles de los que pueda quejarme es de la explicación paranormal que ofrecen a la inmortalidad de Myers. Es cierto que el hombre resiste a los golpes y balazos como un ente fuera de este mundo, pero eso de catalogarlo como el “Bogeyman”, pues pierde algo de seriedad y hasta me ocasionó risa. Es algo menor, que de seguro es magnificado en las secuelas a las que por lo visto tengo ver.

Mientras me quedo con la grata experiencia que fue ‘Halloween’ como una de las películas que marcó el camino a un género que permanece a nuestros días.