Con motivo de esta celebración (Halloween), que ya se lleva a cabo con mayor repercusión en muchos países, el vaticano mostró estar alarmado por el peligro de que los jóvenes confundan lo que es un festejo con una "cultura a la muerte" según el responsable del Servicio Antisectas de la Asociación Católica Juan XXIII, Aldo Bonaiuto.
Este mismo denunció, que a modo de un juego perverso, o aún más grave, como un ritual sectario, se roban ostias de la iglesia, se profanan cementerios y se realizan cultos satánicos en estos.
Bonaiuto alarmó a los padres sobre la posibilidad de que este festejo lleve a los jóvenes a acercarse a reuniones "ambiguas" que usan el 31 de diciembre para unir más gente a sus sectas.
La mente de los jóvenes está cada vez más alejada del eje cristiano que rigió durante siglos nuestra sociedad, y tiende a apegarse a la magia y el esoterismo.
Tal vez se deba al descrédito que se dio a la iglesia a través de libros, films, y acusaciones de haber estado implicada de modo indirecto con la matanza de gente, y de modo muy directo, en la época de inquisición, con los asesinatos brutales de miles de personas.
Si bien la gente sigue creyendo en Dios, cada vez menos gente cree en la iglesia que está cada vez más alejada de ser la casa de Dios, símbolo de humildad y esperanza, y comenzó a responder a intereses políticos y económicos que nada tienen que ver con lo que la Biblia profesa.
Aún así, no creer en una institución, no significa ser ateo, por esto mismo, mas allá de que la iglesia este algo desacreditada, los jóvenes y adultos no deben buscar avalar el descrédito en el paganismo, aquí no se trata de instituciones, sino de mantener la fe, a pesar del descrédito.