Halloween, historias de terror y PYMES

Publicado el 31 octubre 2010 por Igilval

No importa cuántas veces diga que odio las películas de miedo. A mis amigos les encantan y piensan que no hay nada mejor que ver a Freddy Krueger haciendo de las suyas…

No sé vosotros, pero yo personalmente ya tengo bastante miedo en mi vida sin necesidad de meter a Freddy de por medio. A mi miedo lo llamo “tener un negocio”.

Y me ha llevado mucho tiempo superar mis miedos. Hoy, he decidido compartir con vosotros mis estrategias para tener un negocio sin tener miedo.

Enciende la luz

Uno de los problemas más grandes que tenía cuando empecé con mi negocio era que estaba siempre a oscuras.

Sabía que necesitaba poner en marcha una web (esta web). Pero no tenía ni idea de lo que costaba una web y lo que tenía que hacer para que al menos pareciera algo medio decente (en lo que respecta a diseño, programación, etc.).

Estaba completamente a oscuras, asustado y pensaba que mi falta de conocimientos

llevaría mi negocio a la ruina.

Estaba tan ocupado escondiendo mi cabeza bajo tierra, como si fuese un avestruz, que no se me ocurrió pensar en encender las luces.

Al final, en vez de pensar que los costes de la página web provocarían el colapso financiero de mi maltrecha cuenta corriente y que mi negocio moriría antes de nacer, empecé a pedir presupuestos. Conseguí encontrar algo que me podía permitir y puse mis ahorros encima de la mesa. Sí, costó dinero, pero no esa cantidad imposible y aterradora que había imaginado. No fue necesario donar mi cuerpo a la ciencia. Ni tan siquiera un riñón.

En la oscuridad piensas que todo a tu alrededor es aterrador, como si estuvieras en el infierno. Una vez que enciendes las luces, ves que hay algunas cosas que son grandes y meten miedo, pero no son tan espeluznantes como imaginabas. Simplemente están ahí. Puedes tratar con ellas. No hay nada que temer.

Dale la mano a alguien

No entiendo internet.

Sé que al leer esa frase habréis cruzado los dedos dirigiéndolos hacia la pantalla y habréis gritado ¡¡Anatema!!

Decir que no entiendes internet es una confesión difícil de hacer para alguien que tiene un blog como este, pero es cierto, no sé cómo funciona la bestia.

No podría contar cuantas veces me han dicho que debería centrarme más en mis palabras clave, o en mis links, o en mi SEO. Cuando me dicen esas cosas, todo lo que yo oigo es “Vienen cuatro jinetes con cuatro caballos. Y traen cuchillos. El apocalipsis ya está aquí”.

Pero, como aprendimos de pequeños, las cosas que nos dan miedo se llevan major cuanto tienes a alguien al que darle la mano. Caminar solo por la oscuridad es una estrategia equivocada.

Llamé a un amigo. No es un experto en el mundo SEO, pero entiende esos terminos, y me echó una mano. Le llamaba por teléfono y me daba la mano, me ayudaba a dar cada paso que tenía que dar. Me dice cosas del tipo “Casi lo hemos conseguido”, “vamos por el buen camino” y ¿no ha estado tan mal, verdad?

Esto suena mucho mejor que pelearme yo solo con media docena de libros para tontos y otras cosas por el estilo. La próxima vez que tengas que tomar una decisión importante de tu negocio sobre algún tema del que no tengas ni la más minima idea, busca a alguien al que le puedas dar la mano.

Si no conoces a nadie que sea un experto en ese tema, busca voluntarios, mira en internet, o incluso contrata a alguien.

Piensa que sería algo así como contratar a un guardaespaldas para luchar contra los malos. No es que quieras que los demás lo hagan todo por tí, solo quieres aprender cómo deberías hacerlo tú solo. Con la supervisión adecuada, por supuesto.

Corre hacia mami

Me refiero a una mami metafórica.

Ya has crecido y estoy seguro de que ya no escondes tu cara en la falda de mama (o en sus leggings, o vaqueros, o lo que lleve) a estas alturas de la vida.

Pero en los negocios hay problemas que, cuando te golpean, son tan aterradores y tan insoportables que hacen que no te quede otra que correr hacia mami.

Sabes todo lo que tienes que saber. Tienes amigos que te ayudan. Pero te has topado con una fiera demasiado grande como para luchar contra ella.

Simplemente quieres corer hacia alguien que lo vaya a hacer mejor que tú, que se deshaga del problema y que te diga que ya no hay nada de lo que preocuparse.

Para mi, ese temor se materializa bajo la forma de los apuntes contables.

No puedo con los balances y las cuentas de resultados. Lo he intentado. Pero me supera. Por no hablar de todo lo relacionado con los impuestos y los papeleos que ello conlleva. Eso es peor todavía, es como una pesadilla en la que hay cubos de sangre y que acaba conmigo muriendo.

Es aquí cuando salgo corriendo hacia mami. O como yo la llamo a ella: “mi contable”.

Cuando sabes que tienes algunos problemas que te hacen perder los nervios solo con pensar en ellos, tienes que buscar tu “mami” para que puedas correr hacia ella cuando los monstruos aparezcan.

Contables. Expertos en marketing. Frikis de la informática.

Sea lo que sea lo que te de tanto miedo, ahí afuera hay alguien que no se asusta por esas minucias.

Vuelta a Halloween

Al final voy a acabar viendo la peli de miedo con mis amigos. La última vez fue una acerca de una oveja psicótica. Fue muy duro.

Pero esta vez va a estar bien. Después de todo, ahora mismo no hay nada que me asuste tanto como mi negocio. Seguro que habrá algo o alguien que quiera tomar el relevo y si no es la oveja psicótica, tal vez sea algo peor, como Lady Gaga.

Me pregunto si mi contable podría con ella.