Hamburguesa de salmón ii: nueva versión

Por Rodrigo Rodrigo Martin Antoranz

Una de esas delicias culinarias que no podemos dejar escapar. Amantes del salmón (me incluyo) y de las hamburguesas (me vuelvo a incluir), ésta receta es la combinación perfecta para satisfacer ambos vicios. A diferencia de mi anterior versión (VER RECETA) en esta ocasión cocinamos previamente todos los ingredientes y luego los maceramos con una mezcla de componentes brutal. Puro sabor, aroma, texturas, un bocado de mar que sorprenderá por su calidad y sencillez. Anímate a pescar este pedazo de plato... Merece la pena. ¡Mandiles arriba!

INGREDIENTES (2 hamburguesas)
300 grs de lomos de salmón limpios
1 rama de apio
1 cebolla morada
1 puerro
1 diente de ajo
1 cda de queso cremoso (Philadelphia)
Salsa Perrins
1 cda de Mostaza de Dijon
1 huevo L
Cilantro y perejil
Pan rallado
Salsa de ostras (opcional)
Lechuga (rúcula, canónigos...)
Tomate
Patatas gajo (acompañamiento)
Sal, pimienta y Aceite de Oliva
Tiempo: 30 minutos + 30 minutos de reposo
Película: LOS VIKINGOS (Tras receta)


Lo primero es asegurarnos que el pescado no tenga ninguna espina (malo sería para nuestros propósitos) Le quitamos a los "solomillos" de salmón la piel con cuidado y con ayuda de un buen cuchillo afilado. Sin prisa, que no la hay... 
Cocinando
Los cocinamos en una sartén caliente (SIN ACEITE) unos 3-4 minutos por cada lado. Los sacamos y esperamos a que se enfríen. Desmenuzamos los filetes con las manos en un bol. Reservamos.

En la misma sartén (y aprovechando la grasa que ha soltado el salmón, aunque habrá que añadir un poco más de aceite) pochamos la cebolla, el puerro, el apio y el ajo, todo muy picado. Dejamos que se hagan lentamente unos 15 minutos. Colamos el posible líquido que tenga y vertemos las verduras en nuestro salmón desmenuzado.

Mezclando
Añadimos el cilantro y el perejil picado. El huevo, la salsa Perrins, la salsa de ostras (que le da a todo un sabor a mar tremendo), el queso, la mostaza, el pan rallado (un par de puñaditos) y salpimentamos al gusto. Mezclamos todo bien hasta que quede una pasta. 
Tapamos con papel film y dejamos reposar en la nevera al menos 30 minutos.

Cogemos dos "bolas" y les damos forma de hamburguesa. Las pasamos por pan rallado y a la plancha con un poco de aceite un par de minutos, hasta que se dore (recordad que todo ya está cocinado)
Montaje
Tostamos en la plancha los panecillos de hamburguesa y montamos. Un poco de rúcula y un par de rodajas de tomate en la base y sobre ella nuestra Salmon Burguer. 
Podemos acompañar con unas patatas gajo (VER RECETA) y decoramos con unos tomatitos cherry. NOTA: Yo no le eché ninguna salsa adicional porque la hamburguesa va bastante completa de sabores y no quería "perturbarlos". Pero vosotros decidís... ¡Que aproveche, hitchcookianos!
Película ideal para degustar este plato

THE VIKINGS 
("Los vikingos" de Richard Fleischer - 1958)

Veamos... En el acercamiento preliminar a la comparación cinematográfica mi mente, tan lucida y atolondrada como siempre, ubica el salmón en Noruega. Bien, el elemento obvio lo tenemos. Del mismo modo me he planteado desde el inicio este plato como una gran aventura culinaria. Correcto. Así pues la ecuación parecía llevarme por los helados mares del norte y es allí donde me topo con: "Los vikingos". Una obra que satisface todos los requisitos: espíritu nórdico y odisea plagada de entretenimiento.

El film corre a cargo de Richard Fleischer, quién tuvo a bien regalarme grandes divertimentos de mi infancia como "20.000 leguas de viaje submarino" o la citada. Luego ya crecí y me sacudió en el estómago con "El estrangulador de Boston". Su magnífica epopoya vikinga nos catapulta a la Alta Edad Media donde un par de hermanastros (Douglas y Curtis, ojito) malconviven en una comunidad de toscos y bárbaros convecinos. Deben unir sus hachas para combatir al enemigo común: los ingleses. Y, como no podía ser de otra forma, por liberar a la mujer amada por ambos. El universo vikingo, además, se nos muestra como un pueblo fiestero, de opíparas comilonas, por lo que estaba destinado a ser comparado en una receta.

Nuestro plato se nos antoja vikingamente rudo y violento, al trabajar con un animal crudo y trocearlo con la fuerza de Odín. La mezcolanza de ingredientes (mostaza, verduras, salsa Perrins, salsa de ostras...) conforman esa comunidad separada de reyes, guerreros, esclavos y ardientes damiselas, que poco a poco deben aunar sus fuerzas, despojarse de rencillas y transformarse en una masa uniforme, en una hamburguesa compacta capaz de derrocar al ejército inglés... o lo que es más difícil, atinar con nuestro paladar.

Nuestro plato evoca a un paisaje de fiordos, rocoso (gracias al tostado, allá donde dejaban atado a Curtis), vivo en naturaleza (lechugas verdes) y coronado por un río por donde surca majestuosa toda la flota de Drakkars. Sólo nos faltaría rellenar un buen cráneo del enemigo de buen vino (entiendo que no lo hagáis) y ya podemos viajar por una de las mejores películas de aventuras de todos los tiempos. Nos veremos en Valhalla...