Y esta semana, un día tonto, nos fuimos J y yo a investigar dónde estaba ese famoso restaurante. La duda surge con la calle, Particular de Estraunza, no confundir con Particular de Indautxu, dónde se encuentra "Un señor de Bilbao". Ahi que nos fuimos, dando vueltas entre el Florida, Azulito, Molly Malone, el nuevo local La Charcuteria, Bitoque... hasta que nos dimos de lleno con un local muy poco atractivo por fuera, muy poco visible y sin apenas iluminación. Pues va a ser este, oye.
Cansados de tanta vuelta, nos metimos de lleno, en un local cuya primera impresión me recordó a los comedores temáticos de los macro hoteles de la costa mediterránea. Vamos, nada atractivo. (Chicote, apunta, para que les hagas una reforma. O el de Bricomanía, me da lo mismo, el que tenga más tiempo libre). El caso que nos sentamos, y decidimos compartir una ensalada griega, a base de tomate en dados, queso feta y pepino, para mí, demasiado amargo y verde. Debo estar acostumbrada a comer este vegetal un poco más suave, quizás no tan basto, y en esta ocasión, no me parecieron de los mejores, una pena, la ensalada en conjunto, estaba buena, y hubiera mejorado con una materia prima no tan amarga. Cuestión de gustos, oiga.
Tras la ensalada, yo tenía claro que queria probar la hamburguesa de cordero, mientras que J, prefirió las chuletillas. Y se quedó con las ganas. Tras un rato de conversación, se nos acerca la camarera para decirnos algo que parece sacado de un guión de Chicote:
-"Perdonad chicos, me dicen en cocina que no quedan chuletillas"
Y chica, es decir esto, e imaginarme al cocinero revisando la carne, y tirándola a la basura por pasada. #Madremia qué daño ha hecho el cocinero de La sexta. Total, cabreo de J, mosqueo, un "yapuedesponerestoenelblog, eh?", para finalmente acabar pidiendo una hamburguesa que le devolvió la sonrisa. Porque amigos, ¡menuda señora hamburguesa! Me acordé de los chicos de la "BurguerRoute", cuando nos pusieron sobre la mesa, un plato con una pedazo de hamburguesa en pan de pita, con lechuga, tomate, queso, un huevo frito y nada más y nada menos que 250gr de carne. Dato que supimos al final, cuando ya no podíamos casi con ella, cosa que no impidió que nos animáramos a pedir un postre para compartir, el ya más que versionado volcán de chocolate. Esta vez, me llevé un poco de desilusión por dos cosas: una, ¿qué hace una pajita negra pinchada en el pastelito? y dos, ¿por qué se cuartea y descascarilla por encima?. A la primera pregunta, no le encuentro ni sentido, ni respuesta; a la segunda, me da que pensar en un volcán de chocolate congelado, mal descongelado, y posteriormente horneado/microhorneado (vamos, en microondas).
Al menos conocimos al fin el famoso "Algo diferente"
ALGO DIFERENTEParticular de Estraunza, 4. Bilbao
Un restaurante de cocina mediterránea, que con dicho nombre da lugar a pensar en cualquier cosa, menos en lo que es. La atención, por parte de los dos camareros, fue buena, amables, y atentos, el local, peculiar, no sabría cómo definirlo. Y la comida, la verdad que original, distinta, se sale de los italianos, chinos y fastfoods, algo que de verdad, se agradece en Bilbao.
Ensalada, dos hamburguesas, postre, agua de 1,5L y vino blanco griego, por 44€