No es lo importante ser o no ser. Qué cojones. No. Lo importante es no dejar de ser. Y ahí están Hamlet. La atemporalidad siempre en santa compaña. A veces más lejos, a veces más cerca con una letanía: "Y no dejas de ser un jodido facha".
Me apuntan que igual Hamlet, como Second, son grupos nicho. Que estamos ahí nosotros y quien sabe. Cada noche que abría la puerta de mi casa veía el nombre de Hamlet porque milito y les llevo en el llavero. Me excita comprobar que Hamlet late. En mí. En ellos. Son ellos. Soy yo.
Las giras remember son peligrosas. ¿No? Fui a que me contarán mi propia vida en Dublín. U2, mi grupo. Los treinta años del puto Joshua. No hace fatla tanta paraferndalia. Hamlet me hablan a la puta cara. Soy David, vivo en Carabanchel.
'Revolución 12.111', un tiro a trallón. 'Insomnio', yo hoy. Tanto tiempo. Tanta fuerza. Porque Hamlet es fuerza y Luis y Molly joder, la tienen. Violencia contra la máquina. Keith Richards y Mick Jagger: no. John Lennon y Paul McCartney: no. Las parejsa más fuertes del rock viven con nosotros por algo. Comparo porque me da la puta gana.
'El color de los pañuelos'. 'Racismo es desigualdad'. El final con 'J.F.'. No vamos a perder el tiempo en explicar lo que esto significa o las canciones que sonaron. Ya estuvimos. Sí quiero remarcar la importancia del mensaje que es de por sí subirse a un escenario a cantar ciertas cosas. A cantar en contra del sol.
Esta gira va de recordar esos dos discos tan emblemáticos y se intercalan las canciones. Aquellos fueron buenos años desde la perspectiva de quien se los fumó. Pero ya pasaron. Así que solo quedan las canciones que nos trajeron hasta aquí y que un viernes normal seguimos comentando un domingo. Ese tipo de eternidad se planteaba Shakespeare y, sabes, eso me pregunto yo cuando hoy sigo escribiendo por ti.