El papel nos indicaba que a los seis meses hay que darle un puré de calabaza con zanahoria, bien pisado, sin sal y con una cucharada de aceite. De ahí en adelante continua dando recomendaciones sobre a que edad es recomendable dar tal o cual comida. Y agregar la cantidad de vitaminas por día y otras recomendaciones mas, siempre teniendo en cuenta la edad del cachorro.
Pero a los seis mese mi cachorro no tenía dientes, no se emocionaba por la comida. Si se mantenía sentado erguido. Decidimos esperar a que fuera él quien se acercara a la comida, que intentara él comer algo. No tardó mucho, al mes siguiente, ya con la salida de sus primeros dientes comenzó a mostrar una marcada predilección por todo aquello que nos lleváramos a la boca. En mi cabeza algo quedaba de aquello que estaba en ese papel del centro pediátrico sobre cuáles eran los alimentos por los que comenzar. Pero en el papel no había una explicación que justificara el orden ¿por qué primero calabaza y no zapallo o remolacha o manzana? ¿por qué puré, no vale un trocito de banana o un gajito de naranja dulce?. Por eso seguimos más a nuestro instinto y de a poco le fuimos ofreciendo trozos de frutas para que los probara y degustara a gusto. Claro, nos enchastró todo, pero fue un encuentro muy amable y feliz.
Ahora seguimos recorriendo ese camino de descubrir junto a él que texturas le gustan, qué sabores prefiere. Mas o menos tenemos los claros los horarios en los que suele tener hambre. Así tiene su primer desayuno, su segundo desayuno, el almuerzo, la merienda, la cena y el ñuñu de la noche, parece un hobbit, ja.
En la visita a la pediatra a los ocho meses, me preguntó si ya comía dos comidas. Y yo con mi sinceridad a toda costa, y sabiendo que eso de comer no es tan así, a veces son juegos con la comida, o algunos bocados y ya quiere ñuñu le dije que sí y que seguía con pecho a demanda. Entonces la pediatra me dijo que el pecho dos veces por día ya, que de desayuno y de merienda. Y me colmó. No sé qué más me dijo, ya no la escuché. Al cachorro le gusta mi ñuñu, yo tengo ganas y tiempo para poder ofrecérselo sin problemas ¿por qué cortarlo o condicionarlo?. Recién ahora tiene tres dientes. Para él la comida está en etapa de juego, esta aprendiendo a veces come mucho otras veces poco y nada. Así como yo misma aprendí a no regirme por los horarios y tonteras que me habían dicho las puericultoras de la clínica, y darle pecho cuando él lo demandara, lo mismo estoy haciendo con la comida. Ahora estoy en la disyuntiva de mentirle a la pediatra o cambiar de pediatra.
Todas mis intuiciones se aclararon y calmaron cuando hace un tiempo, por esas cosas de la red virtual, me llegó un video de una conferencia breve del pediatra español Carlos Gonzalez y justamente en él habla de estas cosas.
Carlos Gonzalez tiene varios libros interesantes, uno de ellos es "Mi niño no me come" y recordé que lo tengo en pdf se los paso por si les interesa (descargar).
Bueno, hasta ahora venimos así, el pequeño cachorro disfruta de mis locuras culinarias y prueba cous-cous, humita, quinoa, sopas varias, guisos de arroz, lentejas turcas o coral, tomate seco, polenta con verduras, frutas a su antojo, galletitas de algarroba, pasta de sésamo y hoy., ya casi con sus diez meses... ¡ravioles de verdura! todo un bebé gourmet.
Así estamos bien, el mastica chocho de la vida. Hasta le ha robado una mazorca de choclo a su abuela! Crece, está sano y estamos todos comiendo en paz, tranquilos.