Hollywood y su nueva moda: adaptar cuentos clásicos de la niñez. Algunos han dado sus frutos y han mostrado síntomas de buen cine de entretenimiento como Blancanieves (Mirror, mirror), pero otros han sido absolutos fracasos como la Capeructia roja de la directora de Crepúsculo o la aburrida Blancanieves y la leyenda del cazador e incluso la anodina versión de Tim Burton de Alicia en el país de las maravillas. Por suerte, quien se lleva la palma es Pablo Berger con su magistral Blancanieves, curiosamente, el único de los citados ajeno al pragmatismo y la ambición monetaria de la meca del cine.
El final deja entreabierta la posibilidad de exprimir la historia con una secuela, gracias a su (merecido y sonado) fracaso en taquilla probablemente no tengamos a estos dos hermanos profanados una vez más. Es un producto cultural (antes que una película) prefabricado, sin alma en su puesta en escena y con escasa ambición. Hollywood y sus modas. Hasta que el público diga basta, seguiremos aguantando cintas como ésta.
Lo mejor: Dura 90 minutos, no se alarga innecesariamente
Lo peor: No esconden el descaro, hacer dinero
Nota: 3
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