Hard Rock Zombies (1985)

Publicado el 12 diciembre 2010 por Pablowski

Esta reseña produce en mí sentimientos encontrados. Soy un amante del cine de la gama más baja, y disfruto con cada visionado, y esta película nos la tomamos Miguel y yo como si se tratara de una misión evangelizadora. La mayoría de nuestros sufridos amigos ya han sido convertidos, pero eso ha conllevado a que ambos hemos visto la película un sinfin de veces, y hemos llegado a la fase que, aparte de sabérnosla de memoria, no queremos oír hablar de ella hasta pasado un tiempo prudencial. Aún así, voy a hacer un último sacrificio, porque no puedo permitir que esta joya caiga en el olvido y la voy a diseccionar para vosotros.

Esta portada ya está mejor hecha que toda la película.

Ojo, en este post se destripa bastante la película. Si quieres verla antes, haz click aquí.

Sinopsis

Hard Rock Zombies cuenta la historia de una banda de rockeros que se dirigen a dar el concierto de su vida al siniestro pueblo de Gran Guiñol. Allí encontrarán dificultades al ponerse todas las autoridades locales en contra del ruidoso espectáculo rockero. La banda es alojada por una siniestra familia, que acabará asesinándolos. Pero el líder del grupo dejó grabada una melodía que es capaz de resucitar a los muertos, la cual será usada para resucitar a los miembros del grupo.

El devenir de los ridículos acontecimientos

Prometo que la sinopsis la he intentado hacer lo mejor posible, pero es que esta película no hay por dónde cogerla.

La película comienza con una escena introduciendo a unos miembros de la familia siniestra que más tarde acogerá a la banda de rock en Gran Guiñol. Una rubia de impresión, un vicioso que hace fotos desde lejos, un enano, y otro… ¿enano? Decidme vosotros qué clase de criatura infernal es, porque yo no caigo:

Cada segundo de su existencia es un infierno

Avanzamos un poco en la película, y tras un intento de hacer tétrica la llegada de nuestros protagonistas a Gran Guiñol (joder, es que telita con el nombre), podemos contemplar una escena que ilustra musicalmente el recibimiento:

Se me olvidaba mencionar que al principio de la película, una chica le advierte al cantante que no vayan al pueblo. La niña tendrá unos 14 años, lo cual no impide que nuestro cascudo protagonista se enamore de ella al instante. Ya veremos más adelante en qué degenera esto. Lo que os voy a mostrar a continuación es el momento en el que el cantante conoce al padre de la chica, el cual nos regala una de esas frases que bien se podría codear con frases celebres del cine como “Yippi-kay-yei hijo de puta”, “Luke, yo soy tu padre” o “Que te abrace tu puta madre”. Veamos:

Después de esto, las autoridades locales formadas por el Concejal Gafoso, el Alcalde Chuloplaya y el Sheriff Putero, deciden montar una asamblea para evitar que el concierto se celebre. En Gran Guiñol deben regirse por otras normas, porque mientras tanto, deciden encerrarlos, y la rubia putón del principio los saca de la cárcel. Volvemos a la mansión tétrica de esta copia barata de La Familia Monster, donde la banda ensaya y los enanos hijos de puta hacen que se electrocuten ridículamente. No voy a poner esta escena, pero si voy a poner algo que me di cuenta la tercera vez que la visioné:

Menudo pulso que tenía el técnico de sonido

Afirmativo. A lo largo de este plano, se ve cómo entra y sale del cuadro hasta 4 veces el micrófono de pértiga. Pero oiga, que esto pasa hasta en las mejores películas.

Por fin se celebra la asamblea, que es un escenón de principio a fin, pero sólo os voy a poner la parte en la que un viejo que está un poco sordo nos regala otra de esas perlas que son el orgullo del guionista:

Como era de esperar, en la asamblea prohíben el rock, el concierto y el copón bendito. Es en ese momento cuando el Sheriff Putero toma el mando e insta a todos a traer todos los discos y casettes de rock para proceder a su destrucción.

Mientras tanto, el cantante está en la mansión siniestra expermentando con la supuesta melodía que reanima a los muertos. Parece que funciona, y decide grabarla en un casette, porque tener un resucitador a mano siempre está bien. Es terminar de grabarla y el director nos muestra cómo, al caer la noche (o al caer el falso nocturno) la familia que los acoge empieza a matarlos uno a uno. Terror en el pánico, señores.

Muertos y enterrados, sólo sobrevive el pipa y mánager del grupo, el cual se sienta a la mesa a comer tras el funeral. Sería una escena cualquiera, si no fuera porque estamos ante UNO DE LOS MAYORES GIROS ARGUMENTALES QUE HABRÉIS VISTO EN VUESTRA PUTA VIDA. ¿Que no? Comprobadlo:

Nazis, señores, resulta que todos son nazis y el viejo es nada más y nada menos que Hitler. Ojiplático me hallo.

Avanzamos en este metraje, la niña enamorada va y le pone el cassete a los cadavéricos miembros del grupo, los cuales resurgen de sus tumbas. Quiero hacer aquí una mención especial al departamento de maquillaje de esta película, por lo curradísimo que han hecho a los zombies. Un trabajo exquisito:

Aprende Romero, APRENDE.

No sólo es ridículo el maquillaje, sino también los andares. Intentaría explicarlos con palabras, pero prefiero poner una escena. En esta escena, los zombies sedientos de venganza, se dirigen a la mansión tétrica para matar a Hitler.

Recapitulemos: Zombies pintados a lo KISS, que andan como robots y que matan JUGANDO AL CORRO DE LA PATATA.

Podemos seguir. La plaga zombie se ha desatado, y muchos ciudadanos de Gran Guiñol se dirigen a la mansión siniestra a ver qué le ha pasado a sus ilustres inquilinos. Sobra decir que todos los que van acaban convertidos en zombies. Quiero reseñar la actitud del recto, moral y firme padre de la chica:

Los zombies de la banda, a pesar de estar muertos, se dirigen a la sala de conciertos donde se encontrarán con un importante promotor musical que los quiere fichar por una millonada. El tipo llega en la sala de conciertos y se monta su minioficina, teléfono incluido, el cual usará para hacer llamadas tan absurdas como esta:

Entre esta escena y la siguiente hay una protagonizada por el enano, la cual no voy a desvelar y la voy a dejar como aliciente para todos aquellos valientes que se animen a ver esta película. Lo que si hay es una especie de videoclip onírico en el que se ve al cantante y a la chica juntos:

Los ciudadanos que no han sido convertidos se reúnen para buscar una solución. Uno de ellos dice que los zombies odian las cabezas, al igual que Satán odia a la Iglesia (sic). Así que se ponen a discurrir… Cabezas… Cabezas… ¡Ya lo tenemos!

Correcto. ¡Pósters de cabezas! Como era de esperar, los zombies los aniquilan enseguida. Por cierto, si os habéis fijado en el vídeo, veréis a la rubia loca embutida en mallas azules bailando. Es una cosa recurrente en la película, que de pronto corta una escena y se ve un plano de ella bailando así sola en medio de un páramo. Inexplicable.

Nos acercamos a la recta final. En vista de que la idea de las cabezas no ha surtido efecto, otro comenta que si los zombies se benefician a una virgen, volverán a su cueva (espera, ¿cuevas?¿qué coño es eso de la cueva?) durante 10 años, y entonces será problema de otros. Ni cortos ni perezosos, cogen a la chica que se había enamorado del protagonista, la suben a lo alto de un monte y la atan a un árbol. Así, tal cual. Se ve que los zombies huelen el virginato, y suben corriendo al monte. Por suerte para la chica, el grupo está allí arriba, y tocan una fúnebre canción para que se metan en la cueva (¿?). Los zombies se meten en la cueva, los del grupo vuelven a sus tumbas, la chica va a llorar allí y FIN.

Conclusiones

Esta película tiene muchísima más miga de la que pongo en este post. Los que la hayan visto estarán de acuerdo en que este post no es más que un mero resumen que no le hace para nada honor a tan putrefacta obra de arte. El cutrerío y sinsentido se reparten a partes iguales de principio a fin. Es una película ideal para ver acompañado en algún rato muerto. Al principio del post tenéis el enlace para verla en Megavideo. A QUÉ COÑO ESPERAS.