La serie está basada en un cuento corto escrito por Elmore Leonard titulado Fire in the Hole, y el autor ejerce como productor ejecutivo. Justified pertenece a FX, cadena responsable de Rescue Me o The Shield.
Justified me ha enganchado. He visto su primera temporada en tres días, y ahora estoy racionando la segunda (en Twitter mucha gente me ha dicho que es muy buena) para que me dure hasta que se inicie la tercera. Cuando empiezan los títulos de crédito (muy buenos por cierto) sé que me dispongo a entrar en un mundo plagado de violencia, drogas y malas decisiones; y es que el condado de Harlan es un vertedero humano.
La gente que vive allí sabe que no podrá salir de ese agujero porque jamás tendrá la oportunidad y, aún teniendo la fortuna de poder escapar, siempre estará dentro de ti. Harlan no es un lugar, es un estado mental. Hay que ser muy duro para sobrevivir en ese entorno y Raylan Givens, uno de los pocos que logró dejar atrás ese pueblo, lo es. Es el mayor cabrón de Harlan; tiene que serlo si quiere ver un nuevo amanecer.
Estamos ante un western moderno. Tenemos al héroe, un hombre de la ley, un policía judicial que calza botas y lleva sombrero. Un pistolero frío, inteligente y educado que nunca duda, nunca cede y siempre cree tener la razón. Su código moral, muchas veces entra en conflicto con las leyes que debe aplicar. Y Harlan está en su cabeza en todo momento. Si Raylan hubiese querido, podría haber dominado el condado: el tráfico de drogas, las armas y cualquier cosa que se propusiese. Su padre era un delincuente habitual y Rayland podría haber terminado como él. Como casi todos en Harlan. Pero decidió ser un agente de la ley.
En Justified hay una interesante mezcla de géneros. Cada capítulo es autoconclusivo aunque durante las dos temporadas existe una trama transversal que va evolucionando poco a poco y atrapando a Raylan. En Justified se dan la mano el western, el cine noir, la balada del héroe solitario, el retrato social, la crítica al sistema. Es una serie que nos muestra a la otra clase criminal, la bestia y brutal, la ignorante, la sin sentido, la que mata sin pensar, la amoral... se da una imagen de Harlan, de la América profunda muy descarnada y poco favorecedora. Y en medio de esa mediocridad, de esa suciedad, de esa miseria vemos a Raylan con su sombrero, siempre tranquilo, siempre educado, siempre con el arma cargada. Si le molestas ten cuidado, caerá sobre ti como un alud. Es perseverante y paciente, es hábil e inteligente. Y es un volcán esperando el momento oportuno para estallar.
En la América profunda donde se crió Raylan hay grupos de nazis, vendedores y traficantes de drogas, estafadores, afables dueñas de ultramarinos que controlan la marihuana y no dudan en matar sin hace falta, violadores, pederastas, asesinos. En Harlan todo el mundo tiene un arma y todo el mundo está relacionado para bien o para mal con el crimen. Tienes más posibilidades de que te vuelen la cabeza porque sí que de tropezar con una piedra
Justified tiene unos guiones magníficos. Sus diálogos son rápidos, sinceros, llenos de verdades como puños y totalmente creíbles. Sobre esos sólidos guiones se construyen unos personajes realistas y verosímiles que hacen de Justified una serie más que recomendable.
Otra cosa que me ha gustado de la primera temporada ha sido la cantidad de caras conocidas que se han pasado por la serie. Durante los trece capítulos hemos podido disfrutar de Kristin Bauer, David Eigenberg, Alan Ruck, Rick Gomez, Brent Sexton o Tony Hale.
Yo os recomiendo visitar Justified, conocer a Raylan y a Boyd, a sus padres, a los compañeros de Raylan en la policía judicial (personajes sólidos como rocas) y conocer Harlan. Y si la segunda temporada, tal y como me han dicho, es mejor que la primera, creo que voy a disfrutar como una loca de Justified. Avisados estáis.