¿Harto de suspensos? Aprobar, sí se puede

Por Ana María Ros Domínguez @anaroski

Si os dijera que en tan solo seis meses un alumno mío ha pasado de ir con dos asignaturas pendientes del curso anterior y aprobar por los pelos, a ser la segunda mejor nota de su clase, ¿Qué pensaríais? Que es casi imposible dar ese cambio… pues os tengo que decir que el cambio ha sido posible.

¿Hay algún secreto? Por supuesto: Organización, planificación, esfuerzo y motivación, y por supuesto mucha, pero mucha imaginación.

Hoy mi entrada habla de un caso real, de alguien a quien he ayudado recientemente, y es que si yo he podido, cualquier padre o madre, puede darle la vuelta al marcador a las notas de sus hijos, se trata de comunicarse, indagar y averiguar donde está ese pequeño botoncito que les hace reaccionar.

No hay más secretos, encontrar como podemos motivar, corregir siempre en positivo, y ser rígidos cuando haya que serlos, y flexibles a la hora de reflexionar sobre nosotros mismos.

Hoy me siento muy orgullosa, he pasado un trimestre difícil llevando a cuatro criaturitas para adelante, las mías y una más. Pero ahora toca recoger frutos, como dice el salmo: “Al ir se va llorando llevando las semillas, pero al volver se viene cantando trayendo las gavillas”. Y eso ha sido lo que nos ha pasado a los cinco, hemos trabajado mucho, hemos sacrificado tiempo, diversiones, horas y horas, pero la inversión ha merecido la pena.

Y digo yo, si una simple madre, y en palabras de algún detractor que ni es maestra, ni profesora, ni nada, ha logrado esto, ¿que podría hacer la Administración Pública por nuestros niños? ¿Qué podrían hacer algunos de sus docentes? ¿Se llegará a tomar la educación en este país alguna vez en serio? ¿Premiaremos algún día el esfuerzo y no la pasividad? ¿Ayudaremos de verdad a los que lo necesitan?

Mi amiga Sandra Cepero dice que soy una revolucionaria, mi padre decía cuando era pequeña que era demasiado democrática, de ideas avanzadas, otros opinan de mi que estoy como una cabra, y quizás todos tengan razón, pero como me dijo mi tío Evaristo hace mucho tiempo, todos los genios tienen un puntito de locura. Aunque en mi caso el genio sean unas malas pulgas increíbles cuando me cabreo por lo que considero injusto.

A ver si algún día, nos damos cuenta TODOS, que las personas somos como las macetas que necesitamos ATENCIÓN y CUIDADO, pero también necesitamos esa VARA que nos ENDEREZA cuando se tuercen los tallos nuevos.

¡Feliz jueves a todos! Yo seguiré como Don Quijote intentando hacer de las mías a pequeña escala.