Harto de todo

Por L

The who – A quick one



El aire proto punk, quedaba atrás, como un graffiti demasiado borroso en alguna mugrienta pared de Londres, la noche debía seguir, el show debía continuar…por un ligero, y poco merecedor camino. Lo complicado de volcar toda la fuente creativa dentro de uno de los miembros de una banda, puede conllevar que a larga este termine llevando la totalidad del peso inventivo. Transformándose en un régimen absolutista y unilateral, al menos eso pensó el productor del segundo hijo de los who. La solución vendría de inseminar forzosamente la creatividad en los otros tres miembros, para que se lograra una cierta paridad “espontáneamente” obligada. Experimentar con tamaño absurdo, no libro al resultado de un balance más retrospectivo y un avance menor, o significativo retroceso, el veredicto depende del oído. No obstante, guarda cualidades bien ponderadas dentro de la totalidad…mayor ligereza, escarceos simplones al pop, y ralentización de la prisa…
Una portada donde se los ve caricaturizados y bombardeados por color, como prediciendo y jugueteando un poco con el próximo temporal psicodélico que venia en camino, y de paso la conceptualización de ellos mismos, porque cada uno de esos cuatro individuos da para mucho y mas trabajando como prójimos análogos, no dio como fruto una obra maestra, la herejía no es mi fuerte, pero si un apronte de algo, es casi al final cuando suena ese recurso que se popularizo tanto en años venideros, el armar un track que se proveyera de múltiples fragmentos no terminados, dando una sensación de desbarajuste creativo..y en este caso tornasol , un relato surrealista y simplón…mas un apronte, un nuevo aire…la puerta que conduciría..a otras habitaciones psicotrópicas.
Cohesivamente irregular, con una concepción caótica y algo desarmada, el compositor que debiese marcar tendencia no lo hace totalmente, sin embargo el segundo valuarte (entiendase por Entwistle) cumple con aportes realmente destacables. Soluble y colorida, una transición breve a estructuraciones mas propias e igualmente complejas. Sinestesias de un suave preludio pre-primaveral…un florecimiento rodeado de mucha droga y amor libre. A quick…es un lago calmado, que se alimenta de los siguientes ríos tributarios indistintamente del resultado.

John Entwistle
Quizás el aporte más significativo provenga de la mano de este bajista, acoplando unas auras medias oscurantistas con cuentos para asustar niños y delirios absurdos que sacan sonrisas maléficas. Boris, the spider, cuenta con un bajeo profundo y tenso, sumado a los juegos de voces cavernosas y sonoridades mas teatrales, una pieza lúdica, mas al mismo tiempo inquietantemente densa. Whiskey man, al fondo de su dimensión sónica hace sentir el murmullo de un instrumento de viento, que estuca de textura el tiempo moderado que gestiona el track, nuevamente la historia tiene tintes bizarros, y fuera de eso, las composiciones logran ser muy compactas.
Keith moon
Repletas de singularidad las piezas de Moon, aparte de caracterizarse por una batería bestial, tienen unos dejos psicodélicos, sin abandonar tampoco la locura intrínseca del cataclismico baterista. I need you, contrario al fondo estridente, revuela unas líneas bastante dulces y semi volátiles, sumado al final extraviado, dan un corte muy extraño y ligero, que trata de disparar en muchos sentidos sin profundizar en ninguno, lo cual contrario a lo que piensan dan un pequeño buen fruto. Cobwebs and strange, es el llamado rotundo al amorfismo y celeridad circense, con aires carnavalescos y veloces, reafirma un corte instrumental y poderosísimamente colorido. ¡Raro si, mas divertido, innegablemente!
Roger Daltrey
La habilidad compositiva del melenudo vocalista, digamos que no es de las mas brillantes y nunca lo será, la pluma y el emblema de la actitud ladina, no son dos conceptos que trabajen bien juntos. De hecho carga con el nada favorable titulo de ser el aporte mas flojo y casi contraproducente del LP, See my way, es una pieza plana donde no se alcanza a sobresalir casi ninguno de sus componentes, aparte de acarrear una lírica, bastante floja. Afortunadamente, es una contribución bastante corta.
Pete Townshend

Run run run, parece el vestigio callejero del Long play anterior , intrigante y veloz encamina bien su condición de apertura y a la vez de destierro andrajoso, un buen inicio, pegadiza y con algo de poco prolijidad ganchera, pero una tonalidad absolutamente desigual con todo lo que seguiría, se dispara demasiado, pero se apunta poco en general. Heat wave, es un cover, de auras playeras…con juegos armónicos vocales y tenues insinuaciones solares, no obstante se comprueba lo que decía, el disco tiene mas facetas que profundización, se nota el poco fiato cohesivo en todas las esquinas de su armaduria. Don’t look away, un nexo voluble. So sad about us, un prototipo radiante, aunque con casi tanta esperanza de vida como la anterior, tienen estructuras demasiado volátiles como para solidificarse demasiado en el tiempo. Llegamos al final del album donde se encuentra, A quick one, while he’s away, la mezcla de varios fragmentos en una especie de cuasi- opera- rock, tal vez un hilarante cierre de cortinas, con emoción incluido y ese caos tan bienvenido que la hacen un total derroche de creatividad. La musicalizacion de la historia donde una mujer engaña a su marido con un camionero, luego de ser descubierta, este la perdona en un final cataclismico, sobreactuado y reiterado varias veces por voces melodramáticas ( You’re forgiven!!!). Su constitución la hace visiblemente atractiva, varia un centenar de veces y se siente confusamente armoniosa.
Desbalanceado, sin estructuras y propósitos. Mas un mal disco no lo creo, solo un pequeño paso atrás…como recita el titulo esto es demasiado de todo, pero muy liviano en todas sus incursiones…
• Tracklist

• Run run run

• Boris the spider
• I need you
• Whiskey man
• Heat wave
• Cobwebs and strange
• Don’t look away
• See my way
• So sad About Us
• A quick one, while he’s away