[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
Esto no se trata de modas, trendic topics, caídas y desmadres; esto es sobre música y a eso se dedicaba (en pretérito) Madonna. El disco trece de la cantante hace honor su ubicación numérica (para los que creen en esas cábalas) y desmerece mucho viniendo de quien viene. Estamos ante un producto pensado hasta el milímetro como producción pero deshilachado en lo musical. Las composiciones son ramplonas, aburridas, se echan en falta los ganchos de antaño. Corte tras corte el tiempo se ralentiza peligrosamente. Ya no basta con las proclamas sexuales de antaño, que a fecha actual suenan polvorientas en boca de la artista.
Si podemos destacar algunos cortes esos serían el rítmico Living For Love y la balada Iconic. De resto, correcto material para el reproductor mp3 del adolescente promedio y poco más. Pop prefabricado y letras en piloto automático. En Rebel Heart no hay ni rebeldía ni corazón. Un álbum para los fieles de toda la vida pero que no pasará a la galería de lo mejor de la otrora reina del pop. Hasta aquí nos trajo el camino, Ciccone.