¿Hasta cuándo?

Publicado el 25 enero 2016 por Jcromero

Nostalgia es regresar a los recuerdos, desandar el tiempo y, por un momento, revivir lo perdido para volver al presente. A un presente que se muestra cargado de dudas, tareas pendientes y de intrigas ante una política de sombras chinescas en lo que nada es lo que parece. Tal vez por ello resulte agradable volver a la música de siempre, a aquella que sonaba cuando tenía más claro los objetivos: derechos y libertad.

[Los puristas prefieren la petrificación, la repetición sistemática, ajustada y fiel. Las inspiraciones, adaptaciones y versiones siempre les resultan controvertidas. Hay quienes las desprecian porque dicen encubrir la falta de inspiración y quienes las valoran como reconocimiento y admiración de la pieza que se adapta, recrea o sirve de inspiración. Escucho Whiter Shade of Pale de Procol Harum, inspirada en la de J.B. Bach.]

Somos lo que vivimos, pero también lo que leemos y escuchamos. Si los recuerdos son el rescoldo que queda entre el presente y la esperanza de los días por venir, escuchar esta versión, ha tenido el efecto de un alucinógeno, de un hechizo que, por unos minutos, me aísla de un presente cargado de incertidumbres y de cosas que no parecen funcionar: los derechos humanos, el reparto de la riqueza o la integridad política. Refugiarse momentáneamente en una canción puede ser añoranza, melancolía si quieres, pero también algo necesario a lo que agarrarse en medio de la tormenta.

Dejé la militancia para no tener la patente del desencanto, para vacunarme contra el cesarismo o contra la necia fidelidad. Decepcionado, desdeño los tiempos de líderes convertidos hoy en jarrones chinos por revocar, pero los de ahora parecen publicistas con más marketing que ideas y más interesados en tácticas, estrategias y cálculos electorales que en dar respuestas a las necesidades de los ciudadanos. De lo contrario, ¿hasta cuándo tendremos que soportar a quienes toleran y encubren la corrupción, fomentan la desigualdad y apuestan por la precariedad? Los partidos implicados deben entender que necesitamos otro Gobierno para detener los desahucios y la pobreza; que urge otro Gobierno que impulse una legislación en beneficio de las personas, construida desde la decencia; con una estrategia definida, con iniciativas claras y con el objetivo ineludible de la transformación social.

Ha llegado el momento de apostar por lo necesario. Si la izquierda no lo entiende y continúa enredada en cálculos y estrategias, es probable que no vuelva a tener otra oportunidad en mucho tiempo.

Es lunes, escucho a Procol Harum con The Danish National Concert Choir:


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