Me sucede con frecuencia que las películas sobre el espacio me generen sentimientos contradictorios. Por un lado, me pueden gustar más o menos según sea la historia, pero lo que si es seguro que aunque me encante el film me cause ahogo ante la impotencia que crece por momentos debido al aislamiento del espacio.
He recordado aquellas películas que tienen, no sólo como escenario, sino también como protagonista: el espacio. El género fantástico y de ciencia ficción nos ha dejado verdaderas joyas del cine, ya sean de terror, cómicas o dramáticas.
Entre aquellas que se acercan al terror, que utilizan como escenario y elemento patente el espacio, podríamos citar 'Alien' (Ridley Scott, 1979). Una película que se ha convertido en una cinta de culto. En ella un mal, en forma de monstruo alienígena, se encierra entre las paredes de una nave. El espacio es un elemento clave pues no permite recibir ayuda a sus tripulantes para destruír al alien que llevan como polizón, creando así un mundo cerrado para sus personajes que deberán utilizar sus propias armas para deshacerse de él y poder contarlo.
El universo que se extiende más allá del hogar que conocemos hace que los protagonistas de algunas historias pierdan del control de sí mismas. El aislamiento de las naves, la soledad del astronauta en un lugar desconocido, es un aliciente utilizado por aquellas películas en las que el tema principal no es más que someter al ser humano a sus fantasmas. Ya sea por la propia naturaleza del humano, y por extensión la sociedad, dota a la temática espacial de un calidad única en su escenario, para que la incomunicación sea extrema y descubramos la esencia del personaje.
Eso mismo ocurre en películas como 'Moon' (Duncan Jones, 2009) donde un astronauta, interpretando por Sam Rockwell, destinado a una explotación minera en la luna, vive sin más compañía que la conversación con el ordenador GERTY y las esporádicas llamadas a su mujer en la Tierra. Una atmósfera que se convierte de desalentadora a inquietante, con el único propósito de sacar a la luz una verdad latente sobre la deshumanización y la falta de ética moral del sistema que gobierna la Tierra. La película de Jones tiene claras referencias de la que ya se conviertiera en otra cinta de culto dirigida por Stanley Kubrick en 1968: '2001: Una odisea del espacio', sobre todo en lo que se refiere al control de un ordenador central llamado HAL 9000. La película se nutre de un guión enigmático que narra, durante gran parte del metraje, lo sucedido en una nave que viaja en una misión espacial. Asimismo, encontramos esa temática sobre lo desconocido y sobre la propia conciencia humana.
El género en el que se engloban las películas de este grupo hay más ejemplos. Otro destacable sería 'Solaris', una adaptación de la novela homónima de Stanislaw Lem, que tuvo dos versiones. La primera de Andrei Tarkovsky en 1968 y una más actual de Steven Soderbergh en 2002. La historia habla de un hombre que es enviado en una misión de rescate a un planeta donde sólo quedan los supervivientes que al parecer han perdido la razón. En ambos filmes las barreras entre realidad e ilusión se mezclan para volver a hablar de la esencia de la psique humana.
En la gallina de los huevos de oro creada por Lucas los protagonistas luchan contra un régimen dictatorial a nivel interplanetario. En Star Trek la misión de los protagonistas es la exploración de nuevos mundos. En estos dos ejemplos el género sería el de aventuras así que el espacio cobra otro valor. Ahora es un vasto escenario que descubrir y explorar, una infinidad de posibilidades para encontrar personajes con culturas distintos a los terrícolas, lugares inhóspitos, aterradores o hermosos.
Según su trailer 'Gravity' parece mas agobiante de lo normal, pero ya sabemos que de los trailers no nos podemos fiar. Por el momento me estoy planteando que, tal vez en esta ocasión, verla en 3D sí que tenga sentido, pues dotaría al conjunto de otra dimensión, pero eso ya es otro tema y mejor lo dejo para el próximo especial.