Después del valor demostrado por los griegos en la victoria aplastante del OXI, con el revuelo que conlleva en toda Europa y haciendo frente a las promesas de desastre de los agoreros a sueldo de Bruselas. Después de que la victoria fuese más completa, si cabe con la dimisión de Samaras, el líder conservador al que, resumiendo muchísimo, podríamos acusar de ser el padre de las penurias griegas (si, si, el mismito por el cual se marchó Rajoy a Grecia a hacer campaña, figuraos el percal) y después de ver que el sol (menudo calor) ha vuelto a salir en Europa y que el mundo no ha acabado después del recuento de votos. Nos esperaba una de las noticias más sorprendentes de la jornada Yanis Varoufakis anunciaba en su blog y después a todo el orbe terrestre que lo dejaba, que se marchaba a su casa, que se quitaba de en medio por el bien de Grecia. La noticia impactó a propios y extraños, pocos lo esperábamos, así a salto de mata, de golpe y habiendo ganado el referéndum.
Me parece que estamos ante un caso de responsabilidad extrema (enfermedad que no abunda hoy en día por ninguna parte) Varoufakis se marcha diciendo que lo hace porque es consciente de que por el Eurogrupo no lo pueden ver vi en pintura (igual temen más a su moto que al “motorista fantasma”) y prefieren que no esté él en las reuniones. La verdad es que después de todo el trabajo sucio que le ha tocado realizar y de la fama de macarra que se ha granjeado no me extraña.
Se nos marcha como los héroes de las tragedias griegas, diciendo que llevará con orgullo el odio de los acreedores. No lo dudo, ese odio, visto como se las gastan por la Troika le va a perseguir durante tres reencarnaciones, lo sabe y a pesar de todo ha decidido apechugar con ello. Se marcha sabiendo que deja atrás la parte desagradable del trabajo que pocos le van a agradecer y que ahora se impone un cambio de escenario para poder empezar de nuevo con un “tempo” distinto las negociaciones, contando con el respaldo del resultado conseguido ayer, ese gran “no” de Grecia a los dictados de la Troika.
A estas horas todavía no entiendo hasta que punto no estamos ante el guión de una obra de teatro bien representada pero los hechos parecen evidentes. En España, Europa y supongo que en todo el mundo necesitamos políticos valientes que no se aferren a sus poltronas. No puedo dejar de sentir admiración y una cierta envidia al ver que en Grecia todavía quedan personas con talla política suficiente como para marcharse a su casa estando en la cresta de la ola. Necesitamos personas que sean capaces de saber cuando ha acabado su misión y dejar paso a otro tiempo de juego.
Ahora, si Mr Varoufakis está disponible, me encantaría poderlo invitar a venir a España, a ver si con su presencia se contagia algo a nuestra acomodada, atildada e insolidaria clase política que no sabe ni ha sabido conjugar ni en broma el verbo “dimitir” aunque con su persistencia no hayan hecho más que agravar las catástrofes. Seguro que nos iría mejor a todos.
Mucha suerte Mr Varoufakis, espero que la Historia sepa agradecerle los servicios prestados a Europa.