¡Hasta luego abejaruco!

Por Drunkerito

Ya estamos en otoño. No solo se empieza a notar por las menos horas de luz solar diarias, sino por la ausencia ya del apreciable e inconfundible canto de los abejarucos (Merops apiaster).
Muchos tipos de animales realizan migraciones, desde el propio plancton hasta los mamíferos, pero aquí únicamente me voy a centrar en las realizadas anualmente por las aves. No son pocas las especies que cambian de residencia en el otoño boreal por otras latitudes más sureñas con un clima más benigno. Cualquier especie de golondrina (Hirundo sp.) vencejos (Apus sp.) o culebreras europeas (Circaetus gallicus), entre otras, suelen realizar el trayecto entre Europa y África principalmente a través de cuatro pasos: cruzando las penínsulas Ibérica, la Itálica o la Helénica o siguiendo la costa de Oriente Próximo, siendo esta última junto con Iberia las rutas más importantes.
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