Hasta más arriba de la coronilla de Google Chrome.

Publicado el 18 octubre 2016 por Ferlanero @ferlanero
Buenas.
Voy a pensar que leerá esta entrada quien haya seguido los anteriores ajustes para Google Chrome que he propuesto antes (aquí, por ejemplo).
Pues bien, hoy voy a explicaros porqué ya he afirmado diversas veces que no me gusta Google-Chrome y que, si fuera por mí, lo eliminaría de las instalaciones del centro para siempre. Lo voy listando, aunque no sea por orden de prioridad.
  1. Intenta, siempre mantenerse en segundo plano y sigue cargando la memoria aún cuando le hayas dicho que se cierre. Si la barra de widgets no está bien configurada o los iconos dan el menor problema, puedes no ver que sigue allí, devorando proceso. ¿Fácil de quitar? Sí, si sabes qué está pasando. En mi opinión, eso debería hacerlo si tú se lo pides, y no por defecto.
  2. Si eliminas el acceso de cookies y caches, te tira fuera de diversas páginas que exigen registro. Parece incapaz de guardar esos ficheros que se necesitan para validaciones en la memoria; o disco o nada. Si es así, ¿porqué no hacer desaparecer esa opción y dejar sólo la opción de guardado mientras está la sesión?... Ahhhh, claro. Pregunta estúpida. Ver el punto anterior, por ejemplo.
  3. Vaale. Ya tengo todos los accesos configurados como quiero, la cuenta sincronizada y mis viejas máquinas pueden fluir aunque los expertos en Chrome te avisan de que "no son configuraciones óptimas". ¿Qué expertos, me preguntaréis? Aquellos que me encuentro yo, muy listos y que empiezan sus razonamientos con "En mi equipo..." sin tener en cuenta las características del equipo que están utilizando ni la sutil, menor y perféctamente obviable diferencia de rendimiento cuando te preocupas de uno o dos equipos o cuando te ocupas de quinientos a la vez. Sí; sarcasmo.
  4. ¡Ahora se cargan los 32 bits! Bueno, no pasa nada. Se ajusta el repositorio añadiéndole el parámetro [arch=amd64] y arreando. Un problema menos.
  5. ¡¡¡PERO CÓMO QUE HA DESAPARECIDO!!! ¡¡SI HA ESTADO ALLÍ DURANTE TRES SEMANAS!!... Vale. Con calma. Se comprueba el repositorio de soporte y me doy cuenta de que no lo había incluído. Culpa mía; se incluye en los dos y ya está. Arreglado.
  6. ¡¡¡¡¡¡ME CAGO EN TODO LO QUE SE MUEVE EN LÍNEA DE A DOS DE AQUÍ A LIMA!!!!! Ha vuelto a desaparecer. No sólo eso, sino que las configuraciones de caché para no sobrecargar también han desaparecido y el programa vuelve a pedir si ha de ser el navegador por defecto (NO por enésima vez). Alguna de las actualizaciones se ha comido todas las modificaciones de rendimiento y las ha considerado innecesarias. ¿Preguntar? ¿Para qué? "Soy el buscador de Google. Sé lo que te conviene. ¡¡Únete a nosotros!!".
  7. Y no para de pedir accesos al anillo de claves, según uno de nuestros compañeros, para acceder a la clave de la wi-fi. Es decir, o está intentando acceder como administrador o está pidiendo paso a configuraciones que sólo se pueden tocar como administrador. ¿Por qué abtruso motivo? ¿No se puede acceder a la wi-fi a través de otro procedimiento? Esas peticiones no me han venido jamás de Firefox o de Midori. Me mosquea, aunque no le deje pasar, me mosquea.
  8. ¡Ahora lo entiendo! Algunas de las actualizaciones son más grandes que otras -lógicamente-. tanto que algunas incluso hacen que el navegador vuelva a quedarse en segundo plano por defecto. Jódete y baila.
Así pues, por eso y la potente carga de memoria que con los equipos limitados que tengo no puedo permitirme mi opción sería: ¡Fuera con él!. Pero muchos de mis compañeros han salido del agujereado manto azul de Internet Explorer para resguardarse agradecidos bajo la manta de retales de Google-chrome, tan pesada como una manta zamorana. Al menos sí que es efectivo, aunque a cambio de mucho peso sobre el sistema.
¿Qué puedo hacer, doctor?