Uno de los temas más importantes para mi, es «la confianza».
La cual en muchas ocasiones es muy valorada por las personas a las que se les brinda, pero así como existe un lado agradable donde encuentras un lugar de confort en el que puedes desahogar todos los sentimientos y momentos que haz pasado, también existe el lado desagradable en el que hemos sido defraudados, alguna veces por personas muy cercanas, o así como de gente que se conoció hace poco (horas, días , semanas) y dándose media vuelta «les vale un cacahuate y trapean el suelo con lo que tú les haz confiado» como simple expresión.
Al escribir los primeros renglones de esta columna, recordé un par de historias que compartiré enseguida contigo lector.
Yo solía hablar de mis actividades con una persona que llevaba de tratar unos 10 años aproximadamente, pero poco tiempo después comencé a platicar más con mi hermana y sentir esa conexión que nos une como familia, al paso de los meses me distancie por completo de mi conocida y sentí que mis hermanas serían mis únicas amigas siempre, en buenas y malas circunstancias.
También contaba con otro allegado, el cual me hacía reflexionar sobre mis situaciones, era una persona fuera de mi círculo familiar y siempre me daba su opinión, la cual me ayudaba por que era muy neutral, y también me hacía entender muchas cosas que surgían a mí alrededor, cuando yo estoy equivocada. Pero ahora en día nos hemos distanciado un poco.
La tercer persona, al principio solo era un compañero de trabajo y cuando hablamos, nuestros temas eran solo parte de lo laboral, años más tarde nos volvimos a poner en contacto y surgió una cita.Nos llegamos a frecuentar unas 4 salidas más, y se me hizo una persona agradable, muy cálida y cariñosa.
Lo sorprendente es que he notado que dice pequeñas mentiras, y la sensación de cortar el clic’ que hemos formado está rondando un par de veces al día mi cabeza.
Es muy cierto que jamás terminas de conocer a las personas, pero tampoco es muy atractivo ser una persona misteriosa y mentir sin tener la necesidad.
Que hable de este tema no significa que no haya estado del otro lado de la situación, cabe recalcar que también soy humana y por lo tanto imperfecta.
El punto más importante de todos es, ¿de qué forma se puede recuperar la confianza?
Inicialmente la gravedad de la deslealtad varía, debido a que todos tenemos circunstancias distintas.
Algo que si puedo afirmar, es que el primer paso para volver a comenzar, es aceptar que sucedió (con o sin intención) y seguido, brindar el perdón, ya sea a la persona o sin ella, para liberar a tu cuerpo de esa carga de sentimientos.
Una de las frases que más me ha servido en situaciones así es,«buscar la serenidad para aceptar las cosas que no se pueden cambiar, tomar valor para cambiar aquellas que se pueden y adquirir sabiduría para reconocer la diferencia»