Posey Osterhagen tiene mucho que agradecerle a la vida. Es la propietaria de una exitosa empresa de rehabilitación de edificios, su familia la arropa y tiene un novio, o una especie de novio. Aun así, le parece que le falta algo. Algo como Liam Murphy, un tipo alto y peligrosamente atractivo.
Cuando Posey tenía dieciséis años, ese chico malo de Bellsford le rompió el corazón. Ahora que ha vuelto, su corazón traidor está de nuevo en peligro. Lo que tendría que hacer ella es darle calabazas pero, en cambio, el destino parece tenerle reservado algo distinto.
Posey tiene una vida agradable, rodeada de las personas a las que quiere, un buen trabajo, a sus gatos y a su perro. Todo parece perfecto, a excepción del ligue con el que se ve a menudo y que no termina de avanzar a algo más serio. Pero entonces reaparece en su vida Liam, el chico por el que estaba colgada cuando era una adolescente, igual de atractivo que siempre, viudo y con una hija... Y es que ya sabemos lo que dicen, dónde hubo fuego cenizas quedan.
"-Esto no tiene muy buena pinta -dijo-. Ahora mismo podría estar en mi casa, viendo Historias de San Valentín y fantaseando con Taylor Lautner. -Tenía que tener unos cincuenta años, era rellenita y llevaba una blusa escotada que la hacía parecer una salchicha embutida-. Lo sé, lo sé -continuó la mujer, sin mirarlas ni a ella ni a Kate-. Todavía es un crío. Pero no entiendo a Bella, ¿verdad? Le hubiera dado de golpes"
Un punto que me ha llamado la atención, y que he puesto en la cita, es la alusión a cine, música y literatura que hay en la novela, desde la alusión a Crepúsculo, pasando por la original forma de jurar de Posey o el hecho de que su nombre se relacione con una conocida obra de teatro. Resumiendo, Hasta que llegaste, es una novela divertida con escenas que os harán reír y otras suspirar. Con personajes inteligentes que os mantendrán pegados para saber en qué terminan sus historias.