¿hasta qué punto es legal y moral que las empresas controlen lo que sus personas dicen en sus herramientas personales 2.0 en la red?

Por Juanmartinezsalinas76

Hace unos días leí en la versión digital de El País un artículo titulado “Mi Twitter es también de mi empresa” cuya lectura recomiendo. El año pasado ya traté en parte este tema en mi blog en el artículo “Despido por usar las redes profesionales o sociales” que recoge como está la legislación al respecto.

Desafortunadamente, este tema aun carece de una legislación específica y comienza a existir jurisprudencia en ambos sentidos. Creo que sería conveniente que cuanto antes, se regulara de forma concreta el uso de las redes profesionales desde un punto de vista jurídico, para evitar abusos por ninguna de las partes.

Pienso que es compatible que una persona potencie y refuerce su marca personal a través de las redes profesionales y herramientas 2.0 y que, por otro lado, use las mismas para representar a su empresa u organización, siguiendo, en este caso, las directrices marcadas por éstas. Cuando uno gestiona en las redes a una empresa o institución, está comentando y hablando como representante de la misma y no de él como persona particular. Cuando una persona diga algo en su cuenta particular de Twitter, de Facebook o donde sea, es el responsable de las mismas y no tiene nada que ver aquí su organización. Para clarificar esto, lanzo un par de preguntas ¿todo el mundo está de acuerdo con las decisiones que toma su organización? ¿Las organizaciones ven con buenas ojos todo lo que hacen sus personas fuera de su horario laboral? Por supuesto la respuesta es que no, sin embargo, son facetas en las que ninguna de las partes tiene derecho a meterse.

Las empresas tienen miedo al poder de la red porque se han dado cuenta que las personas anónimas tienen en su opinión una gran influencia que puede ser trascendente. Controlando lo que dicen sus trabajadores tanto dentro como fuera de su trabajo en la red, las empresas no solucionan nada y tiran piedras contra su propio tejado. Por supuesto, las empresas deben marcar unas pautas sobre que uso dar a las redes por los trabajadores en la representación de la misma. Sin embargo, fuera del trabajo y en las cuentas particulares de cada uno de vosotros en las redes, podéis decir lo que os plazca, asumiendo las consecuencias que pueden conllevar vuestras palabras.

Está claro que no se puede insultar a compañeros, descalificar a la empresa, revelar secretos profesionales, etc. independientemente de que se haga fuera del trabajo y en horario propio porque eso está castigado justamente por nuestra Ley.

Sin embargo, ¿hasta qué punto es legal y moral que las empresas controlen lo que sus personas dicen en sus herramientas personales 2.0 en la red? No existe una regulación al respecto y tenemos un gran vacío legal. Por ello, en más de una ocasión, uno debe blindar sus configuraciones para que se asegure que solo lean lo que comenta, aquellas personas que el gestor del sitio quiera. El problema es que muchas de estas plataformas de diálogo son de interactuación grupal y llega un momento que se pierde el control de quien os sigue.

Por ello, las personas debemos usar el sentido común a la hora de comentar y poner determinadas cosas en la red. También pienso que las empresas no pueden sacar las cosas de quicio. Si no tendrán que establecer cláusulas concretas en los contratos de sus trabajadores para prohibirles usar las redes sociales y profesionales en sus vidas privadas cuando están fuera de su trabajo.

Evidentemente, determinadas personas por los cargos que representan deben tener cuidado de qué comentarios hacen fuera de su trabajo porque su organización los mirará con lupa. Lo que está claro es que si comento algo en mis perfiles o en los grupos que gestiono, lo hago como “Juan Martínez de Salinas”, con independencia de a qué organización represente y si a alguien no le gusta, que me replique, pero que no involucre a quien carece de importancia.

Si nos ponemos a controlar lo que dicen durante las 24 horas del día todas las personas con las que tenemos algún trato sobre nosotros, no nos hablaríamos con nadie porque no olvidemos que es imposible estar de acuerdo con alguien en todo.

Lo que las empresas no pueden vulnerar es la libertad de expresión de sus trabajadores que es un derecho fundamental regulado en nuestra constitución. Este tema tiene muchos puntos de vista.

Igualmente pienso que uno sabe perfectamente qué puede comentar en la red y qué no. Por otro lado, opino que no es malo que vuestros jefes os puedan seguir en la red porque vosotros estáis hablando por vosotros y ahí la empresa no es secundaria porque no les pertenecéis y eso no quiere decir que no os sintáis orgullosos de permanecer a la misma. Lo que no se puede es mezclar cosas distintas.