Será raro ir al Bernabéu y que no suenen sus nombres y sus dorsales por megafonía, que Raúl no salga a apuntillar el partido o que Guti no aparezca para desatascar el encuentro.
Aunque ambos canteranos, ambos capitanes y ambos reconocidos por la afición, José María Gutiérrez “Guti” y Raúl González Blanco han tenido trayectorias prácticamente opuestas en el club blanco.
Para el recuerdo quedan sus “palancas”, su “aguanís” en la Intercontinental, su gol regateándose hasta a sí mismo en el Calderón, su dedo mandando callar al Camp Nou, pero sobre todo su coraje, su entrega y su profesionalidad.
Funcionó como delantero, como interior, como mediocentro, como mediapunta, Guti tenía todo para convertirse en un crack mundial, pero su inconstancia, sus retrasos, sus líos extradeportivos, han hecho que se quedase en un mago efímero que de vez en cuando hechizaba a los amantes del deporte rey.