Hasta siempre, David Bowie

Por Yyoconestasbarbas

Se nos fue Bowie, mi pequeña. Se nos fue Ziggy. Se nos fue el Duque Blanco. Se nos fue el Rey de los Duendes.

Arranco el año bloguero de forma similar al pasado; con tragedias. ¡Vaya mierda! Si entonces fue el atentado en Charlie Hebdo, esta vez comenzamos con la desaparición de este mito de la segunda mitad del siglo XX. (No me mola nada esta manera de empezar los años que estoy implantando por aquí, la verdad… ¡Me pido para los Reyes del año que viene el arrancar 2017 con un post buenrrollista!).

Y Bowie, bueno… Pues es lo que me mueve hoy, sin quererlo. Sin ser tampoco un megafan, seguidor a muerte de la vida y obra completas del tipo, verdaderamente me encantaba, y sus temazos han sido, como para muchísima gente, parte de la banda sonora de toda mi vida, ¿sabes? Seguramente, como todos, igual has escuchado muchas veces a Bowie sin saberlo, ya sea en anuncios, pelis, o simplemente porque sonaba por ahí… Es de esos que no sabes que lo escuchas, hasta que lo escuchas.

Recuerdo la primera vez que me enchufé su recopilatorio, y cómo aluciné en colorines. Hoy día sigue siendo uno de los discos a los que vuelvo una y otra, y otra, y otra, y otra vez. Siempre lo tengo a mano.

Hoy quería escribirte sobre él, porque es uno de esos trágicos días en que siento que se pierde una auténtica y genuina REFERENCIA CULTURAL. Que se nos va un auténtico CREADOR; un INNOVADOR. Un tipo que ha marcado una parte importante de un ámbito como la música -eso que tanto nos mola en casa-, de la época en que me ha tocado vivir. Y eso siempre es algo que aquí tu padre, siempre lamenta hasta las trancas cuando ocurre.

Y esto, al final… pues me va haciendo sentir un poquito más mayor. ¡Cachislamar…! Cada vez más siento que las viejas glorias se nos van, poco a poco. Y con cada noticia de estas, me sale alguna cana más… Mi querida Lechona, crecerás teniendo sus propias referencias, ya lo sé, sean las que sean, y eso estará bien. Y me encantará formar parte de ellas y disfrutarlas contigo. Pero no dejo de pensar que las mías han sido MUY buenas… O al menos, indudablemente muy importantes. (Son las mías, claro, así que me toca defenderlas).

No sé lo que te deparará a ti el futuro, cariño, pero yo he crecido al amparo de tipos que crearon y explotaron cosas como el rock, el pop, el heavy, la música electrónica, el rap, el cine en 3D, los efectos especiales digitales, los ordenadores personales, Internet, la exploración espacial, la telefonía inalámbrica, las novelas gráficas, el grafiti, los videojuegos, y tantas y tantas otras cosas más.

De una u otra forma, toda esa gente que ha creado directamente o ha favorecido el desarrollo de estas y otras nuevas vías de expresión y comunicación, han ido marcando nuestra vida, el cómo vivimos.

Y por eso hoy quería simplemente hablarte sobre Bowie, este gran artista; el tipo de las mil caras. Para recordarlo juntos. Para que dentro de nosecuántos años que leas esto, sepas quién fue y qué legado nos dejó.

Con cada noticia de estas, me voy haciendo un poco más mayor, y sintiendo un poco más huérfano, podría decirse. ¡Pero no pasa nada…! Tú tendrás tus propias referencias, y a la vez, tu padre se cuidará de contarte de dónde vienen, porque todas ellas habrán pasado inevitablemente, por las mías y las de tu madre. Para mí, mi reina, es importante que sepas DE DÓNDE VIENES, para que comprendas la mujer y persona en que te convertirás.

Y te contaré quién fue Bowie, no te quepa duda. Y quién fue Michael Jackson. Y Freddie Mercury. Y John Lennon. Y Bob Marley. Y Bon Scott. Y Camarón. Y Leonard Nimoy. Y Bruce Lee. Y Jim Henson. Y Moebius. Y Goscinny. Y Jack Kirby. Y Steve Jobs… Y me temo… que unos cuantos más de los que habrán de engrosar esta lista, por desgracia, en los próximos años, y que todavía hoy, por suerte, nos acompañan.

Hasta pronto, Hombre de las Estrellas, héroe por un día…