Triste noticia, con la que nos despertamos ayer, con el fallecimiento del gran Don Alfredo Landa, en un año que está siendo fatídico para el cine español. D.E.P.
El actor navarro, embajador del ‘landismo’, muere en Madrid tras años de problemas de salud. La recogida del Goya de Honor fue una de sus últimas apariciones tras retirarse de la vida pública. Participó en filmes como ‘El Bosque animado’, ‘Los santos inocentes’, ‘Vente para Alemania Pepe’, y en series y programas como ‘Estudio 1′, ‘Lleno por favor’ o ‘Los Serrano’.
El actor Alfredo Landa (Pamplona, 1933) ha muerto a los 80 años en Madrid. La historia del cine español no se puede concebir sin él. El tipo de películas que protagonizó en los años sesenta y setenta son agrupadas dentro de un subgénero propio, el ‘landismo’.
Sus últimas apariciones públicas datan de 2008, cuando recibió el premio de la Unión de Actores de España por su papel en Luz de domingo, de José Luis Garci, la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid y el Premio Príncipe de Viana a la Cultura 2008 en su tierra Navarra, y de manos del Príncipe de Asturias. Fue su retirada, tras haber recibido el año anterior el Goya de Honor, el tercero de su carrera después de los obtenidos como mejor actor por El bosque animado (1987) y La marrana (1992), recoge Efe.
Entre sus títulos destacan, entre otros muchos, Los santos inocentes, El crack, Vente para Alemania Pepe, o sus colaboraciones con José Luis Cuerda y Garci. En televisión se le pudo ver en programas como Estudio 1 y en series como Lleno, por favor, Tristeza de amor y Los Serrano.
Problemas de salud nunca definidos le llevaron a desaparecer de la vida pública
“Tengo tanto dentro… este Goya de Honor se lo debo a mi profesión que ha sido lo mejor de mi vida, lo que más aprecio”, dijo Landa en un discurso emocionado, entrecortado, casi incomprensible e interrumpido sin parar por los aplausos de sus compañeros. El actor se mostró perdido durante su intervención y evidenció unos problemas de salud nunca definidos claramente pero que le llevaron a desaparecer de la vida pública. Pese a ello, su recuerdo permanece vivo entre el público y entre sus amigos.
El ‘landismo’, una “forma de ser, de actuar y de ver la vida”
Landa tenía una larga carrera profesional -más de 120 películas- de la que se retiró tras títulos como Atraco a las tres, Historias de la televisión, La verbena de la Paloma, La niña de luto, Nobleza baturra, Los guardiamarinas, ¿Qué hacemos con los hijos?, Las que tienen que servir, Los subdesarrollados o Cateto a babor.
Todos ellos parte de ese fenómeno, el ‘landismo’, una “forma de ser, de actuar y de ver la vida”, como él lo ha definido. Una época que marcó el devenir del cine español y construyó la memoria histórica del españolito de a pie.
“No desearás al vecino del quinto”, uno de sus triunfos históricos en taquilla
En 1970 llegaría No desearás al vecino del quinto, una película que arrasó en taquilla hasta tal punto que solo “Torrente 2″ consiguió desbancarla como la más vista del cine español.
Aún quedarían muchas del ‘landismo’, como Vente a Alemania, Pepe o Manolo, la nuit. Pero en 1979 llegó Las verdes praderas, su primera colaboración con Garci, un antes y un después en la carrera de Landa y la primera muestra de una calidad actoral que había pasado bastante desapercibida hasta ese momento.
Landa enlazó títulos como El crack, La próxima estación, El crack II y Los santos inocentes, el filme de Mario Camus basado en la novela de Miguel Delibes, que supuso su consagración internacional.
Trailer de la obra maestra “Los Santos Inocentes”
Alfredo Landa en la película ”El Crack”
Haciéndonos reír en “La Vaquilla” junto a otro de los grandes “José Sacristán”
Junto con el actor cómico Antonio Resines en la película “La Marrana”
Consiguió el premio al mejor actor en Cannes, ex-aequo con su compañero de reparto Paco Rabal. Los dos dieron una soberbia lección con unos papeles castellanos, dramáticos y llenos de humanidad.
“Luz de domingo”, su última película
Es difícil olvidar la imagen de Landa -Paco, el Bajo- oliendo el campo como un perro para buscar las piezas cazadas por su ‘señorito’ Juan Diego. Un papel que le ha acompañado desde entonces, pese a que después participó en La vaquilla, Tata mía , El bosque animado o La marrana.
Con Luz de domingo se despidió de la actuación, pero no del mus (juego de cartas) o de los cócteles, sus otras dos grandes pasiones.