Creo que fue en 2004, con motivo de mi pregón literario en Guardo (Palencia), cuando compartí una agradable velada con Javier González Vega, que nos dejaba hace unos días y cuya semblanza recupera otro autor de la tierra, Javier Castrillo Salvador. Castrillo, cofundador de varias revistas locales y universitarias, corresponsal de prensa y colaborador en diferentes publicaciones y actos literarios, es el autor de la letra del "Himno a Guardo", cuya composición musical es obra del insigne Claudio Prieto. Musicalmente, comienza a componer a los 17 años, dando sus primeros conciertos como cantautor en 1.982. Desde 1.989 pertenece al grupo músical " Dispersos ", poniendo de su parte la voz , los textos y la composición. En 1.991 graba con ellos sus primeros temas en una maqueta que contenía 9 canciones y cuyo nombre genérico era "Frases"; en 1.992 graban su primer single, al que siguen, en 1.993, su primer compacto "Tiempo Peregrino", que incluye 12 composiciones propias, y, en 1.996, "Escalera de Color", donde se suman otros diez temas originales. Todos estos trabajos fueron autofinanciados y sus tiradas (1.000 ejemplares), exclusivamente promocionales. En el 2002 sacó a la luz su primer disco promocional en solitario "Huir hacia adelante", donde recupera sus orígenes como cantautor. Recientemente ha editado su segundo trabajo musical "Marejada en los charcos". En ambos, la producción musical ha corrido a cargo de Jesús Prieto "Pitti", bien conocido en los foros musicales por ser el guitarrista de Enrique Urquijo en su etapa con "los Problemas"; haber pertenecido a la primera formación de los "Celtas Cortos" o ser el guitarrista de "Itxo Rai" o "La Cabra Mecánica", además de haber grabado las guitarras de la banda sonora de "800 balas". Actualmente está preparando la salida de su tercer trabajo "Catálogo de Intenciones". Ha participado conjuntamente con artistas de la talla de Amancio Prada, Candeal, Joaquín Díaz, Javier Bergia, Luis Delgado y Pitti en dos discos: "Los silencios sonoros" y "Ecos de Navidad".
Javier se nos fue un jueves, su día favorito, aunque demasiado pronto. Había concebido un tratado sobre las virtudes del jueves que no daba lugar a debate. Él era así, sacaba de donde no había, transformaba lo cotidiano en literatura y en su cabeza bullían las historias y los versos incesantemente, con la pasión de los genios creadores. Javier es, posiblemente, el escritor más laureado de Castilla y León, con su medio millar de premios literarios, y uno de los más laureados de España. Eso ya sería bastante motivo para tenerlo muy en cuenta en el mundo de las letras, pero es que, además, Javier era un poeta del alma, un narrador que dejaba las entrañas en cada historia. Nuestro gran pintor, Cajigal, le definía como «el Allan Poe de Guardo». No le habría hecho falta ningún premio, el no podía ser otra cosa que poeta. Estaba tocado con el Don de la palabra, título que daría después a la revista que salió del Taller de Literatura que él dirigió en Guardo y que ahora deberíamos recuperar en su memoria.
Javier Castrillo Salvador Cantautor y escritor guardense
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Hasta siempre, poeta