No era el post que quería para abrir el año, es más, creo que será la única vez que hable como una amante adicta a la saga del niño mago.
La noticia de la muerte de Alan Rickman me tomó por total sorpresa y me dejó conmocionada a nivel de desbordar un par de lagrimillas y que cada vez que lo recuerdo se me apretuja el corazón.
Severus Snape fue ese personaje que me marcó por su sarcasmo su personalidad de hierro, ese temperamento austero que reflejaba severidad como su nombre y que aterraba a sus alumnos. A lo largo de los años mientras leía cada libro me llenaba de mas y mas interés por este personaje que dejó de ser relevante para jugar un papel primordial. Mi favorito de toda la saga es precisamente el que está dedicado a él: El príncipe Mestizo,En ese libro lo adoré por completo y ni que decir que sufrí su muerte como la de alguien a quien le tenía afecto.Puedo sonar a ridícula, pero solo un verdadero lector entendería de verdad el sentimiento de despedirse de un personaje que se mete en el corazón.Al llegar las películas y verlas una a una miles de veces... sencillamente Alan era el indicado, sin él no me imagino a otro Severus Sanepe y no lo habrá jamás.
Lo vi actuar en otras historias y como actor era impecable, no cabe duda, pero hoy hablo desde el fondo de mi corazón de lectora.
Hasta pronto profesor Snape, gracias por enseñarnos la imprescindible materia de Defensa contra las artes oscuras.