He sentido muchísimo la muerte de Saramago. Sé que muere a una edad respetable.
Mis motivos son mucho más egoístas. Lo siento porque ya no podré esperar la salida de su próximo libro y porque ya no escucharé sus opiniones siempre críticas y atinadas. ("Los gobernantes hoy son los comisarios políticos de multinacionales y bancos").
Van despareciendo los grandes hombres y mujeres del paisaje de mi vida sin que vislumbre sustitutos.
Tengo la sensación de que el mundo se va vaciando de GENTE que es difícilmente reemplazable en estos tiempos en los que reina, incontestable, la banalidad.