¿Hay alguien ahí?

Publicado el 17 abril 2012 por Jcgarrido @jcgarridodp

En días como estos,uno se pregunta por qué todo el mundo parece haber escogido justo esta semanapara perder el juicio, qué ha podido causar este brote de locura colectiva.CristinaFernández de Kirchner, ahuyentando a patadas a los inversores de su paísen  un momento en el que parecía que laeconomía Argentina comenzaba a remontar, desbaratando de un manotazo la ilusiónde que podía conjurarse de una vez la maldición de un país que lo tiene todopara ser prospero y se ha visto secularmente abocado a la miseria por culpa delos gobernantes más nefastos que quepa imaginar. Supongo que en Méjico, Brasily, sobre todo, en Colombia, deben estar frotándose las manos, pues su principalcompetidor como naciones receptoras de inversión exterior ha decidido retirarsecon esta maniobra suicida.Elrey, despertando atavismos de los tiempos de las cacerías de especiesprotegidas y pescas en el Azor, cuando el país atraviesa por uno de las peoresrachas de la historia reciente y el drama se ha convertido en algo tancotidiano que incluso ha perdido la capacidad de epatar.Jaimede Marichalar, dejando una escopeta cargada en manos de un muchacho que tienetodo el aspecto de estar hecho de la piel del mismísimo Belcebú (en unaocasión, quien suscribe tuvo ocasión de verlo en persona en el Zoo de Madrid, yla reina y todo su séquito de escoltas se veían mal para ponerle freno).Ylo más curioso de todo es que esta epidemia de demencia no se ha desatado enmedio de una ola de calor, sino a comienzos de un abril disfrazado de enerosiberiano.