Hay unas deudas que la derecha saca a colación a todas horas, fundamentalmente para destruir conquistas de las izquierdas, apoyándose en sus errores ciertos, o sin necesidad de ellos. Bien es verdad que lo realiza con la colaboración de muchos otros que se aprovechan del descomunal tamaño de la propaganda derechista, estos individuos y grupos autoposicionados ‘no a la derecha’, pretenden obtener ventajas con la derrota de las izquierdas, sin percatarse de que todo lo no azul está incluido en el lote de los derrotados. Pretenden ocupar espacios políticos de grupos a los que critican por no haber realizado lo que ellos tampoco hicieron. Ni hacen.
¿Qué es una deuda? Pues, algo que debemos a otros y tendremos que pagar más adelante, en muchas ocasiones, son compromisos de pago adquiridos por nuestros gobernantes presentes o pasados, no siempre legales ni justos. Una deuda, en definitiva es el reconocimiento de una obligación, que deberíamos pagarle a alguien, algo, en algún momento.
Verán ustedes, las deudas de las que todo el mundo habla son fundamentalmente las del Estado, pero ojo, la primera salvedad, es que solo se mencionan las deudas de administraciones públicas gobernadas por socialistas, cuando todos deberíamos saber que el mismo tipo y cantidad de deudas se producen en otros lugares gobernados por azules. La segunda salvedad es que nadie habla de las deudas privadas, al menos 5 veces superiores a las públicas.
Y la tercera salvedad, es que nadie menciona las deudas escondidas, las que tenemos que ir pagando durante 30 años, por ejemplo, las de la presidenta Aguirre, o la Comunidad Valenciana, por el tema sanitario. Hay compromisos de pago contraídos en firme por el gobierno de la Comunidad de Madrid con grandes empresas constructoras y fondos de capital riesgo, los propietarios de los hospitales de la provincia madrileña. El negocio, legal, -o vaya usted a saber- eso sí asesorado por buenos bufetes, consiste en que una UTE o gran empresa construye un hospital y el gobierno autónomo se compromete a pagarles durante un montón de años unas cantidades astronómicas asegurándoles el negocio.
Qué cosas!. La ley del embudo, deudas contraídas que silencian los alcaldes derechistas cuando sacan las otras deudas a pasear. Muchas personas dirán que, al fin y al cabo es dinero gastado en salud. Pero no es así. Realmente el dinero que cuestan los hospitales madrileños no se gasta enteramente en sanidad, aunque figure en sus rúbricas correspondientes, de hecho los mismos servicios y hospitales se podrían conseguir por muchísimo menos, -hay estudios de la Universidad de Manchester, de UGT y CGT que lo demuestran- son negocios que llevan dinero público a manos privadas y que si fracasan, allí estará papá Estado para sacarlos a flote. No fracasarán, como con la banca, siempre habrá salvadores, con nuestro dinero. Precisamente el mes pasado el Gobierno británico, que tiene un sistema similar al madrileño, aprobó un fondo de 1.500 millones de libras para salvar a 7 de sus hospitales con dificultades para atender a los pacientes.
Y es que la deuda heredada, la comprometida, es una pesada carga que suele incrementarse como demuestra la experiencia. El dinero gastado de esta forma sirve a la finalidad de la propaganda política, decir que se construyen muchos hospitales, también sirve para gastarse lo que no tenemos en ese momento sin que figure como gasto, porque se difiere en el tiempo, –el truco es bueno-, garantizando a empresas privadas unas golosas ganancias pagadas con nuestros impuestos futuros, gobierne quien gobierne.
Y que me dicen ustedes de las deudas contraídas por nuestros ejércitos, contratos de compras de armas, entre 35.000 y 40.000 millones de euros, que suprimidos serían suficientes para evitar los recortes anunciados. Supongo que sabrán que el actual ministro de las FFAA, vinculado antes a empresas de armamento tuvo gran influencia durante los gobiernos Aznar en dichos contratos y compromisos de pago.
¿Acaso no son deudas tapadas, de las que nadie habla?, compromisos de pagos a futuro realizados por nuestros gobernantes, en estos casos, no socialistas. Cuando digo que nadie habla de ellas, quiero decir grupos en rojo, azul o verde. La gente dedicada a la política ha perdido la capacidad de explicar las cosas, lo cual es una de las razones de que sucedan.