¿Qué quiero decir con “chineizarse”? Pues si más ni menos que hacerse chino. Las empresas han de hacerse chinas en todo lo que puedan. Ya no basta con comprar, fabricar o vender en China. Hay que estar en China, pensar los negocios desde China. Muchas empresas lo están empezando a hacer.
China está en el imparable proceso de ser el mayor mercado del mundo, sustituyendo a los EEUU. La pujanza de su economía y su demografía combinadas hace de China un país imparable. Siempre que su modelo actual basado en una tecnocracia dictatorial aguante.
Lo que es un hecho indiscutible es que las dimensiones que ya tiene el mercado chino en muchos sectores, más sus crecimientos de dos dígitos, lo hacen “el mercado” en el que hay que estar. El gobierno chino lo tiene claro, ahora es la hora de dar un definitivo impulso a sus empresas para que pasen de ser meras fabricantes de artículos baratos para las economías occidentales, a ser el nuevo Japón. Empresas líderes mundiales con marcas y tecnologías propias. Dispuestas a invadir (no sé si pacíficamente…) el mundo.
China es un mercado tan grande que cualquier empresa que consiga una cuota importante es ese mercado se convierte automáticamente en uno de los líderes mundiales. ¿Quien está mejor posicionado para conseguirlo? Sin duda las empresas chinas. El gobierno chino ya promulgó el pasado año una directiva orientada a que las administraciones públicas chinas compren productos chinos. Especialmente si son productos innovadores. Se trata de apoyar sin disimulos a la innovación local.
No es sólo un deseo sino también una necesidad para una China que consume etapas de desarrollo económico y social vertiginosamente. El crecimiento medio de los salarios desde el año 2000 ha sido del 15% anual. Y esa tendencia va a seguir. Los chinos de clase media exigirán equipararse a los niveles salariales occidentales en no mucho tiempo. Es por eso que el gobierno chino apuesta por la innovación y la tecnología, porque sabe que la ventaja de los salarios es temporal. Y sabe también que no se llega a dominar el mundo con salarios bajos, sino con buenos y bien pagados ingenieros y multinacionales poderosas, que afianzadas en el gran mercado chino estén presentes en todo el mundo.
Hay sectores en los que ya están pegando fuerte. Por ejemplo la automoción, donde la china Geely es la dueña de Volvo. Pero muchos otros están experimentando la invasión china. Esto es una guerra en toda regla, y las empresas que no lo entiendan así, desaparecerán. Estén donde estén. Y especialmente si están concentradas en países de pequeños mercados. Pensemos que para China un mercado de 10 millones de personas es despreciable. Esa dimensión es la de una ciudad china pequeña.
Vamos a experimentar grandes cambios en los próximos años. Y no sólo las grandes empresas.