Hay que dejar donde está el petróleo y el gas al norte de Noruega

Publicado el 10 enero 2015 por Espanorg

Mientras que el Gobierno convoca nuevas licencias de apertura de investigaciones sísmicas en el mar de Barents, un nuevo proyecto de investigación publicado en Nature muestra cuáles de los reservorios actuales conocidos de petróleo y gas deben dejarse como están si se quiere alcanzar el objetivo marcado de limitar a 2 grados el calentamiento global.

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Para Noruega esto supone que todas las reservas al norte del circulo polar ártico deberían dejar de ser explotadas. Este argumento ya ha sido expuesto en variadas ocasiones y múltiples foros, incluso se argumentan motivos económicos: unas explotaciones conocidas de gas y petróleo pueden llegar a valer mucho más en un futuro con escasez de carburantes. Sin embargo es bien conocida la mentalidad extractora del actual -y del pasado, grupo político que gobierna el país.

De seguir con las actuales emisiones mundiales de gases de efecto invernadero nos estamos acercando a la frontera de un recalentamiento global de 5 grados en el 2 100. Según el estudio el 82% de las reservas mundiales conocidas de carbón, 49% de reservas de gas y 33% de petróleo, deberían no tocarse si queremos limitar el calentamiento a 2 grados.

Existe en la actualidad un mito muy extendido por el que se cree que el petróleo y gas noruegos son más "limpios" que otros carburantes extraídos en el extranjero. El petróleo y el gas liberan la misma cantidad de gases contaminantes cuando son utilizados, independientemente de en qué parte del globo se esté extrayendo. Es química pura. A pesar de que las emisiones por la extracción son relativamente pequeñas en Noruega suponen tan solo el 3% de las emisiones totales. El 97% de las emisiones se producen cuando gastamos el petróleo y el gas. En Gran Bretaña o Alemania.

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Un tema en el que el estudio presentado no entra es la forma en que la sociedad puede hacer la reconversión del gas y del petróleo hacia una sociedad energéticamente sostenible. Las compañías petroleras son de las más poderosas e influyentes en el mundo y tienen todavía una fe ciega por un futuro con petróleo, gas y carbón. Quizás la alarmante caída del precio del petróleo que estamos viendo refleja la desmesurada confianza del sector extractor. En un mundo que cada vez se está haciendo más independiente de la energía fósil el detener la extracción puede significar el fin del sector.

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Fuente: cicero.uio.no