Sufrir por sufrir. Eso es lo que muchos quieren. No es entendible, bajo ningún concepto, que si alguien para evitar un sufrimiento final decide acabar con su vida, termine la misma como un delincuente.
El derecho a morir dignamente no es un delito, sino un derecho. Nadie puede obligar a que otros sufran. Hay que avanzar en este campo hasta llegar a legalizar la eutanasia.
Si alguien quiere sufrir en los últimos momentos de su vida, tiene su derecho, pero eso no se puede generalizar al resto de los mortales.
Hay religiones que piensan que en este vida se ha venido a sufrir. Yo no lo creo. Sufrir es una sensación inevitable en muchos casos, pero debe ser, siempre que se pueda, evitada. Hay que vivir sin sufrir, o mejor dicho, sufriendo lo menos posible. El masoquismo no es una virtud.
Por eso, la dignidad de la persona debe llegar hasta el final. La inevitable muerte ha de llegar después de una transición sin dolor o con el mínimo dolor.
Para hablar sobre este tema, las asociaciones Dret a morir dignament y Dempeus per la salut pública han organizado un acto, en Barcelona, sobre la muerte digna: “Aprenent i decidint com morir”.
El acto será presentado por Mª Àngels Martínez Castells, presidenta de Dempues, y amiga y bloguera de pro –su blog Punts de Vist se ha clasificado número uno de Wikio en la categoría de género, donde la lista recoge blogs de mujeres—, y el invitado especial será el Dr. Luis Montes, ya saben este médico que fue vilipendiado, insultado e injustamente apartado de su trabajo en el hospital Puerta de Hierro, por la Comunidad de Madrid. Un personaje que conoce muy bien el tema por su larga experiencia en cuidados paliativos. A continuación de la charla de Luis Montes habrá una mesa redonda sobre el tema, donde departirán varios especialistas. Y por último un coloquio con los asistentes.
Un acto que se celebrará el próximo día 12 a las 17:30, en un marco incomparable, el salón de actos del Museo Picasso, y que sin duda tiene el máximo interés.
Y no olvidemos que: También hay que tener y exigir dignidad hasta en el último momento.
Salud y República