Hay que intervenir pronto las taifas insurrectas y cuestionar el sistema autonómico

Publicado el 20 mayo 2018 por Franky
El desafío catalán, con Quim Torra en la presidencia, eleva su temperatura y amenaza con un estallido. Ya es demasiado tarde para solucionar el problema catalán con paños calientes. La confrontación va a producirse con seguridad y la única medida eficaz será la intervención profunda de la taifa catalana insurrecta. La estrategia del separatismo está clara: provocar la ira del Estado con una política de ofensas y desprecios, hasta que la población catalana independentista, exasperada y "calentada" por sus líderes independentistas, se lance a las calles y protagonice una revuelta civil de grandes proporciones que obligue a España a negociar, presionada por una opinión pública internacional asustada. --- El origen del actual drama es la huida del Estado de Derecho de Cataluña y Vascongadas, iniciada en la Transición y acentuada, de manera vergonzosa, a partir del mandato de Felipe González. La legalidad vigente fue abandonada en Cataluña y el País Vasco, dejando huérfanos a los que allí se sentían españoles, una cobardía que se transformó en vileza y que povocó el actual estallido del independentismo, ya sin soluciones blandas y necesitado de una intervención drástica y traumática.

Los culpables exclusivos son los partidos políticos que han gobernado España, PSOE y PP, a los que se une la loca responsabilidad de los nacionalistas catalanes y vascos, dedicados durante décadas a destruir la unidad, a sembrar el odio en la población y a trabajar concienzudamente para despedazar la nación.

Hay preguntas en el aire que si se contestaran con verdad y rigor provocarían el inevitable hundimiento no sólo del nacionalismo radical que nos conduce al precipicio, sino también de los dos partidos españoles (PSOE y PP) culpables del drama, violadores de la Constitución y de la legalidad vigente durante décadas, que ahora se autodenominan cínicamente "constitucionalistas".

¿Por qué huyó el Estado de Derecho de Vascongadas y de Cataluña dejando en la orfandad e indefensión a los que se sentían españoles? ¿ Cómo se ha permitido a los partidos nacionalistas actuar, durante tantos años, en una "ilegalidad paralela" que ha creado, a través de la enseñanza y la propaganda, un marco mental paranoico muy difícil de curar? ¿Cómo la "legalidad jurídica" ha sido pisoteada durante tantos años? ¿Quienes son los responsables de esa alta traición? ¿Por qué se han ignorado y ocultado los mecanismos de alerta y corrección, previstos en el ordenamiento jurídico para detectar y subsanar estas anomalías? ¿Por qué tanto silencio durante tanto tiempo?

Responder a estas preguntas equivale a sumergir a la opinión pública española en las hediondas cloacas del Estado, donde hay tanta bajeza y delito que todo el país saldría infectado de indignidad, deshonor, delito, complicidad y responsabilidad.

Las miserias de nuestros políticos y su inmensa bajeza en el pasado nos han llevado a la situación presente, en la que el Estado de Derecho tiene que rehacerse y comenzar a luchar contra el estallido de la subversión catalana y prevenir la que crece en Vascongadas, Navarra, Baleares, Valencia y otros territorios de España, espoleada por la cobardía de una clase política gobernante que no puede ni debe salir indemne de este doloroso examen histórico español.

De manera inevitable, el obligado examen a la clase política conducirá no sólo a la condena de los graves pecados cometidos por los grande partidos, sino también al cuestionamiento global del orden surgido de la Transición, en 1978, en especial de la estructura y andamiaje del Estado de las Autonomías, ante la evidencia de que dicho sistema autonómico es un desastre que estimula y dispara la deslealtad, la envidia, la disgregación, la corrupción, el gasto exagerado y la ruina económica y política de España.

Francisco Rubiales