Sin duda esta mujer es una de las mejores actrices de su generación gracias a una combinación única de belleza y talento sin par. A la fría belleza de esta rubia elegantemente sensual se suma una capacidad actoral y una inteligencia emocional, que pone al servicio de cada uno de sus roles, brindándonos siempre mujeres vívidas que con su telúrica presencia nos emocionan y encantan con ese toque único que sólo ella tiene en la pantalla grande.
La trágica llegada de la madurez a la vida de las actrices de su talla (Jessica Lange y Susan Sarandon por ejemplo) en la lógica de la industria cinematográfica estadounidense manejada en su mayoría por hombres, las va acorralando en producciones mediocres hasta llevarlas a la desaparición. Para entender la crueldad de esta realidad machista y mercantilista, vale la pena ver el documental ‘Buscando a Debra Winger’ dirigido por la también cada vez menos contratada actriz Rossanna Arquette, que denuncia en voz de muchas actrices, la verdad sobre la escabrosa relación inversamente proporcional que se construye entre edad y ganancias por película.
Desafortunadamente este parece ser el caso de esta Diva otoñal que agoniza en películas como ‘Efectos personales’ que de nuevo la visibilizan pero a la vez la limitan por el resultado del producto final. Esta producción independiente diriga por David Hollander pone a la Pfeiffer en una historia con un planteamiento inicial interesante sobre las consecuencias psicológicas y afectivas que padecen los familiares de personas asesinadas. Sin embargo el desarrollo lenta e inexorablemente va derrumbando el interés inicial al plagar el film de lugares comunes, personajes estereotipados y pesimismo excesivo. A su lado la estrella mediática Ashton Kutcher no sale airoso en uno de sus primeros papeles dramáticos mientras la gran actriz Kathy Bates logra momentos creíbles y ya. Pero en definitiva se trata de un film para olvidar.
Pero como hablamos deMichelle Pfeiffer vale la pena hacer un recuento de lo que ha sido su carrera. Fue una sensual estudiante de secundaria en la secuela de ‘Grease’ (1982) de Patricia Birch al lado del flojo y caribonito actor inglés Maxwell Caufield. La historia demostró que esta belleza rubia que se comía la pantalla seguría adelante mientras su coestrella desaparecería rápidamente del firmamento cinematográfico. Dio un paso firme como la esposa morfinómana y adicta de un narcotraficante de origen cubano (Al Pacino) en el film ‘Caracortada’ (1983) de Brian de Palma.
Como olvidar su rol nominado al Oscar de la martirizada víctima Madame de Tourvel en manos de los crueles e inmaduros cortesanos la Marquesa de Merteuil (Glenn Close) y el Vizconde de Valmont (John Malkovich) en la lograda versión fílmica de ‘Las relaciones peligrosas’ (1988) de Stephen Frears, quien la rescata en el 2009 en su película ‘Cheri’ que competiría en Berlinale sin ganar (ganó la película peruana‘La teta asustada’ de Claudia Llosa), pero que brindó por una vez más a nuestra protagonista, un sitio digno en su carrera actoral.
Fue una bella mujer medioeval con una maldición encima que la transforma en halcón en la película de Richard Donner ‘Lady Halcón’ (1985) al lado de un jovensísimo Mattew Broderick y el galán ochentero Rutger Hauer (inmortalizado por su papel del rebelde nexus 6 Roy Batty en ‘Blade Runner’ de Ridley Scott). Fue inolvidable en su papel de una joven esposa atrapada en la ácida comedia de Jonnathan Demme ‘Casada con la Mafia’ (1988) al lado de Mattew Modine y el gran actor Dean Stockwell.
Hizo un terrorífico monólogo en la mayor parte del film de una esposa traicionada y acosada por el fantasma de la amante de su esposo (Harrison Ford) en el Thriller de Robert Zemeckis ‘Revelaciones’ (2000).
La emblemática escena de una cantante de cabaret vestida de rojo carmesí rasgando el aire con su sensual voz y serpenteando voluptuosamente sobre un piano la catapultó como ícono sexual en la película ‘Los fabulosos hermanos Baker’ (1989) de Steve Kloves y le dio otra nominación al Oscar. De nuevo fue nominada por su papel de una mujer blanca que se enamora de un negro (Dennis Haysbert) en el lugar (al sur de EEUU) y en el momento (racismo rampante) equivocados y justo el día del asesinato del Presidente Kennedy en la película ‘Love field’ (1992) de Jonathan Kaplan.
Fue la personificación fidedigna en la realidad de la felina más famosa del imaginario colectivo: Gatúbela, la archivillana enemiga de Batman en la segunda entrega de la oscura y urbana versión que de Ciudad Gótica hiciera el genio singular Tim Burton llamada ‘Batman Returns’ (1992).
Fue la condesa Olenska en esa dura radiografía de la sociedad burguesa y aristócrata de New York en ‘La edad de la inocencia’ (1993) sobre la novela homónima de Edith Warthon, dirigida por Martin Scorsese y compartiendo cartel con Daniel Day-Lewis y Wynona Ryder en uno de sus mejores papeles como una esposa sutilmente manipuladora.
Fue una de las brujas al lado de Susan Sarandon y Cher, en la floja versión fílmica de la novela del gran escritor estadounidense John Updike ‘Las Brujas de Eastwick’ (1987) del director australiano George Miller.
Es una bruja de nuevo, y muy malvada esta vez, en una de sus recientes apariciones en la película ‘Stardust’ (2007)deMatthew Vaughn, basada en la novela ilustrada de Neil Gaiman que parodia las historias de hadas para niños al lado de Claire Danes, Sienna Miller y Robert De Niro entre otros.