Responder a esta cuestión de manera categórica sería estúpido, depende de muchos factores.
Si sois mujeres cultas, atractivas y quedáis conmigo os diría que sí, como norma general, pero está claro que esta afirmación no es objetiva. Ante la duda sí, pero no siempre es tan sencillo.
Hay que analizar unas cuantas variantes para que os respondáis a esta pregunta vosotros mismos.
1. Reciprocidad.
Si en una primera cita sólo uno quiere tener sexo no hay más que hablar sobre el tema, llegas a casa y lo tienes sólo con tus "cinco amigos" o con lo que usa Bárcenas para hacer "peinetas".
La dificultad está en medir las ganas por ambas partes. Si te equivocas a la hora de recibir señales puedes quedar como un salido o como un cobarde. Es muy jodido diferenciar "tus ganas" de las "ganas del otro o de la otra".
Te cegará el deseo y la cagarás o perderás la oportunidad.
Si ves que ambos "estáis por la labor" adelante. ¡A por la petit mort!
2. Perder la oportunidad.
Uno de los condicionantes aplicables más efectivos para estos casos es ser honestos y evaluar si esa situación se va a volver a poder repetir. Si sabes que eso es "una bala" te da igual dispararla porque no tienes nada que perder.
Muchas veces hay citas o situaciones originadas sin premeditación que tienen fecha de caducidad escrita. Si te interesa mucho intimar con la otra persona es mejor que arriesgues. No se te acusará de cobarde, podrás corroborar si estabas equivocado o no y hay casos en los que relaciones que iban a ser destinadas a durar unas horas se alargan en el tiempo por el simple hecho de ser valiente.
Chavela Vargas decía eso de "que ser cobarde no valga la pena, que ser valiente no salga tan caro". No sale caro serlo.
Tienes que inculcar a tu cita la idea de que eso "puede que no se vuelva a repetir", así observarás reacciones que te permitan luchar por esa batalla o reservar los soldados para otra.
Lo que no hagas hoy puede que no lo hagas mañana, usa frases del tipo "carpe diem". Podrás llegar a voltear situaciones que parecían resueltas si usas verbo y argumentos. Lo demás ya es cosa tuya.
3. El dinero.
Si no tienes dinero para una cama de pago, si no tienes coche, si no hay casa disponible para dar rienda suelta al deseo lo llevas jodido.
Ante esta situación angustiosa tienes que sopesar si se podrá solucionar tal inconveniente en el futuro, sin perder de vista las variantes 1 y 2.
Si ves que esa penuria económica es a largo plazo, pues oye, imaginación al poder. Hay sitios donde no se tiene comodidad pero se pueden liberar feromonas. Cuidado con las cámaras de vídeo privadas y las de seguridad. Si estáis en la playa al día siguiente os picará el culo por los granos.
Hay mucho mito en esto, gente que habla maravillas de ascensores, probadores de Grandes almacenes y de servicios del AVE. No, no son sitios cómodos, son indiscretos, poco higiénicos y te harán estar más atento a ser descubierto que al proceso de satisfacción sexual al que estás dedicado. Hay gente que dice que mola, gente más joven que el que escribe este post.
4. "Yo no follo la primera cita".
Hay gente que se quiere hacer valer así, yo no tengo muy clara su utilidad.
Si has ido a un colegio de monjas o curas y te han dicho que tienes que llegar virgen al matrimonio, que tienes que conservar la "flor" hasta que tu marido te la arranque con amor y deseo, lo entiendo. Pero si no eres virgen es una puta excusa que está cercana a la bobería.
"Hacerse valer" se hace valer uno con sus palabras, siendo de una manera determinada de ser u otra, no gozando de placeres que están ahí. Tiene muchas ventajas el sexo, no tantas la virginidad, ninguna realmente.
Luego están los motivos religiosos.
Un consejo, cuando alguien te diga que no folla la primera cita prueba a proponer otras actividades sexuales. En esto hay tanta hipocresía que por creencia en ciertas religiones (o variaciones extremas de las religiones) te pueden decir que no follan y te harán virguerías de otras maneras. Ell@s cumplen con sus ideales y tan contentos todos.
5. Factores externos.
Hay muchos otros factores que no dependen de ti, ni siquiera de tu pareja, factores impredecibles que desaconsejan la cópula en ese momento.
Por ejemplo: estar haciéndolo en la casa donde el marido está viendo la tele; ella ha estado con Paquirrín; él ha estado con Chabelita; diarreas traicioneras o demás molestias transitorias; flatulencias provocadas por una cena mal gestionada en cuanto a los ingredientes; demasiado alcohol que no te dejará saber lo que haces; si hay partido de la NBA esa noche (hay que elegir); falta de higiene general; falta de cultura que llegue a molestar y hambre. Siempre hay que anteponer la obligación a la devoción.
Lo dicho, ante la duda hay que tener sexo la primera noche. Esa es la certeza: que hay una noche.
Que haya otras siempre es duda, siempre puede aparecer alguien más motivante, sugerente o valiente que tú.