Hay veces que nos encerramos en una palabra y sentimos como un miedo atroz a pronunciarla, pensando quizás en exceso en decirla o no.
CONDENAR, condenar es la palabra que tanto le está costando al Gobierno español y a Trinidad Jiménez como su Ministra de asuntos exteriores con respecto a la actuación que ha tenido Marruecos en la comunidad Saharaui.
No lo puedo entender, las formas en que los Marroquíes han perpetrado el desalojo de unos de los campamentos saharauis ha sido de todo menos NO CONDENABLE.
La falta de respeto a los derechos humanos, el comportamiento con la prensa española entre otros son más que suficientes motivos para CONDENAR dicha actuación.
LAMENTAR no es lo mismo que CONDENAR y esa es la palabra que yo quiero oír del Gobierno español y de la Comunidad Internacional después.
Los silencios no son buenos, sobretodo si es cierto que todos apoyan la autodeterminación del pueblo Saharaui, como decían...
Esta es la única alternativa posible para un conflicto que ya dura demasiado tiempo y en el que Marruecos está actuando con una eliminación étnica.
Las declaraciones del Frente Polisario en rueda de prensa en Madrid no dejan sitio para la duda, si no se encuentra una solución ya, puede ser una catástrofe a la que no podemos asistir como meros espectadores.
Investigación si, pero condena antes, porque lo que ha pasado, lo que hemos podido ve (lo poco que hemos podido ver) son motivos más que suficientes para ello.
La diplomacia en Rabat y las conversaciones están muy bien pero con el firme convencimiento del apoyo al pueblo saharaui y a su autodeterminación
¿Donde está la Trinidad Jimenez que se manifestaba hace algún tiempo a favor de la autodeterminación del pueblo Saharaui?
Las manifestaciones en defensa de los saharauis ahora tienen otras caras diferentes a la de los socialistas, y no son ni más ni menos que aquellos oportunistas que solo buscan el voto en las urnas y que jamás han participado por no estar de acuerdo en ellas como el PP y sus dirigentes ¿ no les da vergüenza? ¿ a quien tratan de engañar? Oportunistas de pacotilla, vergüenza de la sociedad española, y perseguidores de los inmigrantes, cogen hoy una pancarta en sus manos que les debería de quemar por impresentables.
Un conflicto demasiado largo que demanda una solución urgente ya y que se ha ido alargando en el tiempo, para finalmente estallarles en la cara al Gobierno Socialista.