Mis hijas todavía son pequeñas y, cuando pienso en las primeras salidas nocturnas, tengo un sentimiento extraño, ya que siento que aún falta mucho, pero a la vez, soy consciente de lo rápido que pasa el tiempo y que, el momento que tantos padres tememos, no está tan lejos como quiero creerme.
Imposible no pensar en nuestra propia experiencia ( más o menos "salvaje" ), en como eran nuestras salidas nocturnas y pensar que, por mucho que nos cueste admitirlo, las cosas no parecen haber mejorado... más bien todo lo contrario. Los estudios muestran que los adolescentes consumen más alcohol y a edades más tempranas, así como el consumo de drogas, sobre todo los porros, se han generalizado.
Antes estas expectativas tan poco prometedoras, ¿ Que podemos hacer los padres ? Quiero pensar que podemos hacer mucho, aunque realmente, no estoy segura de que exista ninguna formula mágica, más allá de meter a nuestros hijos en una burbuja. Debemos entender que a medida que crecen, nuestros hijos necesitan autonomía e independencia y nuestro papel como padres, es acompañarlos en el camino hacía la edad adulta.
Como padres, no podemos elegir las amistades de nuestros hijos, ni vivir su vida por ellos, no podemos evitar que salgan y que se diviertan. Creo que todos nuestros esfuerzos deben centrarse en tres pilares: Establecer límites, ofrecer información y dar confianza.
Cuando hablo de establecer límites, me refiero a tener unas normas claras, en saber con quien va a salir, en fijar un horario de llegada a casa, en acordar que avisen si se van a retrasar,.... Los padres actuales parece que tenemos cierta alergia al tema límites, sobre todo cuando hablamos de crianza respetuosa... Pero los límites nos ayudan a determinar que esperamos de ellos, les ofrecen seguridad y nos permite acotar las situaciones.
Ofrecer información es primordial, sobre todo en lo referente al consumo de alcohol y drogas. Esto también implica un trabajo previo, ya que educar a los hijos, implica también que aprendan a ser ellos mismos, a no dejarse influenciar por los demás y a saber decir NO. Tengo claro que es prácticamente imposible evitar que consuman alcohol, pero si que creo que, con un buen trabajo previo por parte de los padres, se puede lograr un consumo moderado, que sepan cuando parar o, incluso, saber no beber si tienen que conducir. Importantísimo que entiendan que, para que sean aceptados, no necesitan emborracharse hasta perder el sentido y que, el consumo de alcohol, conlleva riesgos, desde sufrir accidentes, hasta mantener relaciones sexuales de riesgo.
Y todo esto, al fin y al cabo, se reduce a tener confianza entre padres e hijos, a que la relación sea sana y respetuosa, en que haya comunicación por ambas partes, sin reproches ni amenazas.
Para mi, personalmente, se que la adolescencia va a ser muy dura, ya que tenemos todos un carácter bastante fuerte por decirlo de alguna manera y se que nos va a costar mucho trabajar todos los aspectos relacionados con los límites.
Y vosotr@s, como veis el tema de las salidas?