Sobre “Populismo e Instituciones” versó la conferencia del profesor Emérito de Ciencia Política de la Universidad de Bolonia Gianfranco Pasquino, que empezó diciendo que “el populismo es antiguo, pero que no está bien definido”. Sobre la marcha se me ocurrió que podría definirse como “el movimiento social en el que priman las vísceras sobre la razón”. Dijo Pasquino después que “en todas las democracias hay ‘una vena’ de populismo, excepto en Gran Bretaña” y, tras afirmar que “hay diferentes ‘olas’ de populismo”, hizo un repaso histórico de este movimiento y sus causas desde su iniciación en Rusia como “una reacción del campo contra las grandes urbes”. Definió después al “poder Institucional, banqueros e intelectuales como los enemigos del pueblo” y habló del estilo de comunicación populista apoyado en “el mensaje directo y los periodistas” y de que para el populismo “el poder es el pueblo, que el parlamento no puede revocar al líder populista, que ejerce el poder sin límite y que los votos limpian todo”. Tras una referencia a Berlusconi como “el populismo de los moderados”, concluyó sentenciando que “el populismo es un peligro”. En el turno de preguntas le planteé si no consideraba él que “el populismo estaba en relación directa con el ‘resentimiento’ de los desencantados manipulado hábilmente por el oportunismo del líder”, con lo que el Profesor Pasquino mostró su acuerdo. Demostró después María San Gil estar en plena forma cuando presentó al Profesor de l’École des Hautes Études de París, Jordi Canal que, en su intervención sobre “El nacionalismo catalán como populismo” se limitó, desde mi punto de vista, a realizar un relato fáctico de lo acontecido en los últimos quince años con la deriva nacionalista de Cataluña con referencias a dos momentos contemporáneos, “lerrouxismo y pujolismo”, como antecedentes a la situación actual. Comenté al Profesor Canal que había echado en falta dos referencias importantes en el devenir del catalanismo populista, como eran la ‘invitación’ de Rodríguez Zapatero a Maragall, antes de las elecciones de 2004, cuando le espetó: “Pascual, aprobaremos en Madrid el Estatuto que se apruebe en el parlamento catalán” y la renuncia/cesión del Partido Popular en los ‘pactos del Majestic’, cuando José Mª Aznar ‘sacrificó’ la cabeza de Alejo Vidal-Quadras ante la exigencia de Pujol para conseguir el apoyo de CiU en 1996, tras la minoría mayoritaria del PP en esas elecciones. Su respuesta fue que “sí había hablado de Zapatero y que omitió la referencia al Majestic por ser un hecho anterior”. Como decía más arriba, para mí, lo mejor de esa ponencia fue la presentación que hizo María San Gil del ponente citado, con la energía que le caracterizaba en sus manifestaciones políticas cuando lideraba el PP vasco y a la que, tras felicitarla por su vehemencia, le pregunté si esa fuerza era la antesala de su vuelta a la primera línea de la política en la que se echaba de menos considerando que, como decía antes de Manuel Pizarro, su eliminación de ese primer plano era otro síntoma de la descapitalización de recursos humanos en la que el Partido Popular, aparentemente, había caído. Desgraciadamente, y como me temía, su respuesta fue negativa, “para nada”, dijo, no sin agradecerme la felicitación. No pierdo la esperanza. Se presentó después una mesa redonda sobre “El fortalecimiento de la democracia: propuestas realistas y proyectos deslegitimados”, en la que intervinieron José Mª Marco, “Regeneración no es regeneracionismo”, “queremos convertir una crisis política y económica en una crisis del sistema”, “asistimos a un ‘enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo’, jóvenes y viejos”, “los populistas ‘de verdad’ en España son los socialistas”, concluyendo con que “vamos a la Primera República, con una ruptura del Sistema”; Lourdes López Nieto, para quien “las reglas electorales no son el problema” censurando los que adoptan “la política como profesión y la financiación pública”; Enrique Belda, que dijo que “el principio democrático está supeditado a la Ley” y que “el neoconstitucionalismo -válido en la República Dominicana- no debe servir para cargarse el sistema”; Conrado Escobar, que comparó “trashumancia y podemismo” y dijo que “la libertad no es un regalo y se protege con la Ley, que representa el triunfo de la democracia”, en referencia a la Ley de Seguridad Ciudadana, que se aprobó el día anterior; Javier Lesaca, que habló de un “nuevo contexto social, debido a las interconexiones que facilitan las redes sociales” y habló de “nacionalismos excluyentes” y del “mal uso de las redes sociales”; Ángel J. Sánchez Navarro, que citó a Montesquieu: “Querer hacer lo que se debe hacer” y dijo que “la democracia requiere respetar el marco de referencia, que no es otro que la Ley” y que “el populismo es contagioso”. Cerró este segundo seminario Ignacio Astarloa que, a la voz de “aquí no se rinde nadie”, continuó diciendo “somos mayoría que pensamos constitucionalmente” y que “sin autoridad no hay democracia, aunque en España estos dos conceptos no parecen compatibles”. Dijo también que “hay que tener coraje para reformar lo que haya que reformar”, que “la democracia es una tensión permanente y que tenemos un cambio pendiente: adaptar la democracia a los medios, entre ellos las redes sociales”, y que “algunos, para llegar al poder, están comprando la mercancía averiada”. Eltercero de los seminarios desarrolló ponencias sobre “Amenazas globales a la libertad de expresión: fundamentalismos y populismos autocráticos”, “Estado Islámico: estrategias frente al terrorismo”, “El fin de ‘El fin de la Historia’ y el regreso de las políticas de poder en Europa”, “La persecución de los cristianos”, “Democracia, populismo y dictadura” y “La transición en Cuba”, sobre las que vuelvo a remitir a la página web de la Fundación, ya que no asistí a su exposición y debates, por lo que me abstengo de comentar lo que no he presenciado en directo.
HE ESTADO EN EL CAMPUS 2015 FAES, Y ME ALEGRO (3ª parte), por @AntoniodlTL
Publicado el 15 julio 2015 por Catalega @Catalega
Hoy contamos con la
penúltima entrega del resumen que nos ha hecho el amigo del Blog, Antonio de la
Torre, sobre el Campus 2015 de la Fundación FAES. Hoy nos habla de populismo,
entre otras cosas. ¡Feliz miércoles!
Sobre “Populismo e Instituciones” versó la conferencia del profesor Emérito de Ciencia Política de la Universidad de Bolonia Gianfranco Pasquino, que empezó diciendo que “el populismo es antiguo, pero que no está bien definido”. Sobre la marcha se me ocurrió que podría definirse como “el movimiento social en el que priman las vísceras sobre la razón”. Dijo Pasquino después que “en todas las democracias hay ‘una vena’ de populismo, excepto en Gran Bretaña” y, tras afirmar que “hay diferentes ‘olas’ de populismo”, hizo un repaso histórico de este movimiento y sus causas desde su iniciación en Rusia como “una reacción del campo contra las grandes urbes”. Definió después al “poder Institucional, banqueros e intelectuales como los enemigos del pueblo” y habló del estilo de comunicación populista apoyado en “el mensaje directo y los periodistas” y de que para el populismo “el poder es el pueblo, que el parlamento no puede revocar al líder populista, que ejerce el poder sin límite y que los votos limpian todo”. Tras una referencia a Berlusconi como “el populismo de los moderados”, concluyó sentenciando que “el populismo es un peligro”. En el turno de preguntas le planteé si no consideraba él que “el populismo estaba en relación directa con el ‘resentimiento’ de los desencantados manipulado hábilmente por el oportunismo del líder”, con lo que el Profesor Pasquino mostró su acuerdo. Demostró después María San Gil estar en plena forma cuando presentó al Profesor de l’École des Hautes Études de París, Jordi Canal que, en su intervención sobre “El nacionalismo catalán como populismo” se limitó, desde mi punto de vista, a realizar un relato fáctico de lo acontecido en los últimos quince años con la deriva nacionalista de Cataluña con referencias a dos momentos contemporáneos, “lerrouxismo y pujolismo”, como antecedentes a la situación actual. Comenté al Profesor Canal que había echado en falta dos referencias importantes en el devenir del catalanismo populista, como eran la ‘invitación’ de Rodríguez Zapatero a Maragall, antes de las elecciones de 2004, cuando le espetó: “Pascual, aprobaremos en Madrid el Estatuto que se apruebe en el parlamento catalán” y la renuncia/cesión del Partido Popular en los ‘pactos del Majestic’, cuando José Mª Aznar ‘sacrificó’ la cabeza de Alejo Vidal-Quadras ante la exigencia de Pujol para conseguir el apoyo de CiU en 1996, tras la minoría mayoritaria del PP en esas elecciones. Su respuesta fue que “sí había hablado de Zapatero y que omitió la referencia al Majestic por ser un hecho anterior”. Como decía más arriba, para mí, lo mejor de esa ponencia fue la presentación que hizo María San Gil del ponente citado, con la energía que le caracterizaba en sus manifestaciones políticas cuando lideraba el PP vasco y a la que, tras felicitarla por su vehemencia, le pregunté si esa fuerza era la antesala de su vuelta a la primera línea de la política en la que se echaba de menos considerando que, como decía antes de Manuel Pizarro, su eliminación de ese primer plano era otro síntoma de la descapitalización de recursos humanos en la que el Partido Popular, aparentemente, había caído. Desgraciadamente, y como me temía, su respuesta fue negativa, “para nada”, dijo, no sin agradecerme la felicitación. No pierdo la esperanza. Se presentó después una mesa redonda sobre “El fortalecimiento de la democracia: propuestas realistas y proyectos deslegitimados”, en la que intervinieron José Mª Marco, “Regeneración no es regeneracionismo”, “queremos convertir una crisis política y económica en una crisis del sistema”, “asistimos a un ‘enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo’, jóvenes y viejos”, “los populistas ‘de verdad’ en España son los socialistas”, concluyendo con que “vamos a la Primera República, con una ruptura del Sistema”; Lourdes López Nieto, para quien “las reglas electorales no son el problema” censurando los que adoptan “la política como profesión y la financiación pública”; Enrique Belda, que dijo que “el principio democrático está supeditado a la Ley” y que “el neoconstitucionalismo -válido en la República Dominicana- no debe servir para cargarse el sistema”; Conrado Escobar, que comparó “trashumancia y podemismo” y dijo que “la libertad no es un regalo y se protege con la Ley, que representa el triunfo de la democracia”, en referencia a la Ley de Seguridad Ciudadana, que se aprobó el día anterior; Javier Lesaca, que habló de un “nuevo contexto social, debido a las interconexiones que facilitan las redes sociales” y habló de “nacionalismos excluyentes” y del “mal uso de las redes sociales”; Ángel J. Sánchez Navarro, que citó a Montesquieu: “Querer hacer lo que se debe hacer” y dijo que “la democracia requiere respetar el marco de referencia, que no es otro que la Ley” y que “el populismo es contagioso”. Cerró este segundo seminario Ignacio Astarloa que, a la voz de “aquí no se rinde nadie”, continuó diciendo “somos mayoría que pensamos constitucionalmente” y que “sin autoridad no hay democracia, aunque en España estos dos conceptos no parecen compatibles”. Dijo también que “hay que tener coraje para reformar lo que haya que reformar”, que “la democracia es una tensión permanente y que tenemos un cambio pendiente: adaptar la democracia a los medios, entre ellos las redes sociales”, y que “algunos, para llegar al poder, están comprando la mercancía averiada”. Eltercero de los seminarios desarrolló ponencias sobre “Amenazas globales a la libertad de expresión: fundamentalismos y populismos autocráticos”, “Estado Islámico: estrategias frente al terrorismo”, “El fin de ‘El fin de la Historia’ y el regreso de las políticas de poder en Europa”, “La persecución de los cristianos”, “Democracia, populismo y dictadura” y “La transición en Cuba”, sobre las que vuelvo a remitir a la página web de la Fundación, ya que no asistí a su exposición y debates, por lo que me abstengo de comentar lo que no he presenciado en directo.
Sobre “Populismo e Instituciones” versó la conferencia del profesor Emérito de Ciencia Política de la Universidad de Bolonia Gianfranco Pasquino, que empezó diciendo que “el populismo es antiguo, pero que no está bien definido”. Sobre la marcha se me ocurrió que podría definirse como “el movimiento social en el que priman las vísceras sobre la razón”. Dijo Pasquino después que “en todas las democracias hay ‘una vena’ de populismo, excepto en Gran Bretaña” y, tras afirmar que “hay diferentes ‘olas’ de populismo”, hizo un repaso histórico de este movimiento y sus causas desde su iniciación en Rusia como “una reacción del campo contra las grandes urbes”. Definió después al “poder Institucional, banqueros e intelectuales como los enemigos del pueblo” y habló del estilo de comunicación populista apoyado en “el mensaje directo y los periodistas” y de que para el populismo “el poder es el pueblo, que el parlamento no puede revocar al líder populista, que ejerce el poder sin límite y que los votos limpian todo”. Tras una referencia a Berlusconi como “el populismo de los moderados”, concluyó sentenciando que “el populismo es un peligro”. En el turno de preguntas le planteé si no consideraba él que “el populismo estaba en relación directa con el ‘resentimiento’ de los desencantados manipulado hábilmente por el oportunismo del líder”, con lo que el Profesor Pasquino mostró su acuerdo. Demostró después María San Gil estar en plena forma cuando presentó al Profesor de l’École des Hautes Études de París, Jordi Canal que, en su intervención sobre “El nacionalismo catalán como populismo” se limitó, desde mi punto de vista, a realizar un relato fáctico de lo acontecido en los últimos quince años con la deriva nacionalista de Cataluña con referencias a dos momentos contemporáneos, “lerrouxismo y pujolismo”, como antecedentes a la situación actual. Comenté al Profesor Canal que había echado en falta dos referencias importantes en el devenir del catalanismo populista, como eran la ‘invitación’ de Rodríguez Zapatero a Maragall, antes de las elecciones de 2004, cuando le espetó: “Pascual, aprobaremos en Madrid el Estatuto que se apruebe en el parlamento catalán” y la renuncia/cesión del Partido Popular en los ‘pactos del Majestic’, cuando José Mª Aznar ‘sacrificó’ la cabeza de Alejo Vidal-Quadras ante la exigencia de Pujol para conseguir el apoyo de CiU en 1996, tras la minoría mayoritaria del PP en esas elecciones. Su respuesta fue que “sí había hablado de Zapatero y que omitió la referencia al Majestic por ser un hecho anterior”. Como decía más arriba, para mí, lo mejor de esa ponencia fue la presentación que hizo María San Gil del ponente citado, con la energía que le caracterizaba en sus manifestaciones políticas cuando lideraba el PP vasco y a la que, tras felicitarla por su vehemencia, le pregunté si esa fuerza era la antesala de su vuelta a la primera línea de la política en la que se echaba de menos considerando que, como decía antes de Manuel Pizarro, su eliminación de ese primer plano era otro síntoma de la descapitalización de recursos humanos en la que el Partido Popular, aparentemente, había caído. Desgraciadamente, y como me temía, su respuesta fue negativa, “para nada”, dijo, no sin agradecerme la felicitación. No pierdo la esperanza. Se presentó después una mesa redonda sobre “El fortalecimiento de la democracia: propuestas realistas y proyectos deslegitimados”, en la que intervinieron José Mª Marco, “Regeneración no es regeneracionismo”, “queremos convertir una crisis política y económica en una crisis del sistema”, “asistimos a un ‘enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo’, jóvenes y viejos”, “los populistas ‘de verdad’ en España son los socialistas”, concluyendo con que “vamos a la Primera República, con una ruptura del Sistema”; Lourdes López Nieto, para quien “las reglas electorales no son el problema” censurando los que adoptan “la política como profesión y la financiación pública”; Enrique Belda, que dijo que “el principio democrático está supeditado a la Ley” y que “el neoconstitucionalismo -válido en la República Dominicana- no debe servir para cargarse el sistema”; Conrado Escobar, que comparó “trashumancia y podemismo” y dijo que “la libertad no es un regalo y se protege con la Ley, que representa el triunfo de la democracia”, en referencia a la Ley de Seguridad Ciudadana, que se aprobó el día anterior; Javier Lesaca, que habló de un “nuevo contexto social, debido a las interconexiones que facilitan las redes sociales” y habló de “nacionalismos excluyentes” y del “mal uso de las redes sociales”; Ángel J. Sánchez Navarro, que citó a Montesquieu: “Querer hacer lo que se debe hacer” y dijo que “la democracia requiere respetar el marco de referencia, que no es otro que la Ley” y que “el populismo es contagioso”. Cerró este segundo seminario Ignacio Astarloa que, a la voz de “aquí no se rinde nadie”, continuó diciendo “somos mayoría que pensamos constitucionalmente” y que “sin autoridad no hay democracia, aunque en España estos dos conceptos no parecen compatibles”. Dijo también que “hay que tener coraje para reformar lo que haya que reformar”, que “la democracia es una tensión permanente y que tenemos un cambio pendiente: adaptar la democracia a los medios, entre ellos las redes sociales”, y que “algunos, para llegar al poder, están comprando la mercancía averiada”. Eltercero de los seminarios desarrolló ponencias sobre “Amenazas globales a la libertad de expresión: fundamentalismos y populismos autocráticos”, “Estado Islámico: estrategias frente al terrorismo”, “El fin de ‘El fin de la Historia’ y el regreso de las políticas de poder en Europa”, “La persecución de los cristianos”, “Democracia, populismo y dictadura” y “La transición en Cuba”, sobre las que vuelvo a remitir a la página web de la Fundación, ya que no asistí a su exposición y debates, por lo que me abstengo de comentar lo que no he presenciado en directo.