Hola. Sigo viva. He vuelto. Aunque en modo telegrama.Puede que el título de hoy suene raro, pero sí, las vacaciones de la nena han sido agotadoras. No he parado de ir de aquí para allá. Razón por la que he buceado poco por las aguas literarias, tanto en blogs como entre libros. He leído poco. Lo sé. Azotadme. Os doy permiso...Y ahora las aguas vuelven a su cauce, dejo de pensar en el sol, la libertad, o la falta de ella, y recalo en mi santuario personal para dar pie a reflexiones sobre lo acontecido.Advertencia: a partir de ahora, hay peligro de contaminación alimentaria o biológica.En mi primera aventura veraniega, compartí unos días con amigos en lo que se daría a llamar una "excursión por el paladar y los bailes inventados". Ni qué decir tiene que cumplí dos objetivos: comí a placer y me puse mala. No de comer, malpensadillos. Mi típica y estúpida catarro-afonía de verano.
con agujetas por todas partes, conocidas y por descubrir.