Destellos de emoción. Del abandonado por su dueño. Tirado por la ventana de un auto último modelo. He visto la desesperación. De patas corriendo. Sangrando, desfalleciendo. En shock, sin oxígeno. Sin rostro conocido. He visto a madres peleando. La protección de sus hijos. Enceguecidas de ira. Ante la perdida confianza. Encerradas en una caja. Por no enfrentar su mirada. He visto cachorros muertos. Dos, cuatro, seis, ocho. Y en medio uno vivo. Resistiendo en el instinto. Que el cartón es su único amigo. He visto cadáveres de madres. Con leche en tus tetas. Con huaches en sus patas. Estranguladas en los alambres de púas. He visto sacos llenos de moscas. Sobre la carne abierta. Y un collar con la palabra Princesa. He visto perros salvajes. Crecidos en los cerros del destierro. Que nunca serán animales domésticos. He visto la sangre en mis manos. De un perro atropellado. Calientito. He visto perras asediadas. Corriendo con un pene en la vagina. Aullando, aullando, aullando. Hasta que las calló un auto. He visto la desconfianza del animal. El orgullo de la soledad. El desprecio a la caridad. He visto sus dientes, sus mandíbulas. Llenas de saliva. Envenenadas de ira. He visto la miseria humana. En la alegría. De seguir en tu oficina. Alimentando a tu familia. Con el cadáver de un amigo. Las costillas esparcidas sobre la gravilla.
Autor : Marcelo E. Soto Opazo
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Ir a los caminos siempre fue un paseo como familia, de andar en bicicletas, jugar a la pelota, de acariciar perros abandonados. Quién iba a imaginar que todo lo visto a través de tus ojos, todo lo sentido siendo niño, sería tan bien plasmado con el pasar de los años en este escrito. Llegó a doler leerlo. Pero es una tremenda verdad convertida en literatura.
Lo comparto hoy, día lleno de recuerdos familiares.
Día donde cumplo un año mas de vida.
Un día me enamoré de la vida. Aprendí AMAR LA VIDA, aprendí que el verdadero amor acepta tristezas y alegrias. Que a través de los años vas llenando tu baúl con recuerdos y experiencias que te hacen valorar cada segundo de respiro. El mundo siempre va para adelante.
Todo mi agradecimiento para quienes siempre han estado apoyándome a continuar en esta labor que ejerzo voluntariamente solo en bien de quienes amo.
Gracias Marcelo por este regalo.
Te amo.
Marcela Opazo
NO MAS ABANDONO DE PERROS
La foto es una mirada dulce, inocente, como la de Peluche, por si lo quieres adoptar, por favor comúnicate conmigo a losperrosdelcamino@gmail.com Adoptar un perro abandonado es un acto de amor que nos ofrece la vida. No te la pierdas. Es ahora cuando necesitamos sacarlos de su desgracia para darles una nueva oportunidad de vida. Los perros del camino?... son todos aquellos que de una u otra manera estando perdidos o abandonados, Dios los pone en mi camino cuando paso...y algo me dice: tienes que detenerte, no puedes seguir...