Sí que tengo que deciros que hay un personaje nuevo en la segunda temporada que parecía que iba a aportar poco pero que al final a mí me ha calado y me ha gustado mucho también, el encarado por Matt Long (el Doctor Kyle), uno de esos personajes que un buen día aparecen y terminan comiéndose a parte del reparto original (y no literalmente, conste, aunque esta serie en algunos momentos haya sido, o lo haya parecido, una serie de zombis).
Me fastidia, porque la premisa desde la que partían tanto la primera como la segunda temporada me gustaban bastante y me habría encantado disfrutar de ambas series hasta el final, pero los cierres… pues eso, que no me gustan tanto.
Una cosa sí que les digo a los guionistas, no les puedo perdonar lo mal que tratan en la segunda temporada al Doctor Alan Farragut, con quien el que más o el que menos nos habíamos encariñado en la primera temporada, aunque bueno… se lo perdonamos por lo bien que tratan a Jordan.
Una serie de la que soy fan, aunque le ponga pegas (¿no lo hacen los de Star Wars con “El despertar de la Fuerza” después de ir a verla siete veces al cine? Pues eso).
Echadle un ojo, ahora hablando en serio.