Para desconcierto de millones de católicos, la extremista presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo argentinas, Hebe de Bonafini, de 90 años, acaba de hacer pública una carta que le envió el papa Francisco en la que la considera, como a Jesús, víctima de las peores calumnias.
“No hay que tener miedo a las calumnias. Jesús fue calumniado y lo mataron después de un juicio "dibujado" con calumnias. La calumnia solo ensucia la conciencia y la mano de quien la arroja”, dice un párrafo de la carta del también argentino Jorge Mario Bergoglio, de 82 años, que en marzo cumplirá cinco como Papa.
Bonafini, fundadora de las Madres de la Plaza de Mayo por la desaparición de dos hijos y una nuera bajo la dictadura militar 1976-1983, puede considerarse una heroína por ese motivo.
Solo es el principio porque con el tiempo fue radicalizándose tanto que apoyó a los terroristas de ETA y llamó titanes antimperialistas a los islamistas de las Torres Gemelas.
Ante este extremismo muchas madres crearon la que llaman “Línea Fundadora”, y se estableció también una asociación de “Abuelas”.
Ambas están lejos de las ultraizquierdistas apoyadas por el Papa a través de esta carta que escandaliza a muchos católicos por la comparación entre esta señora y Jesús.
Bergoglio obvia el mensaje de Bonafini, crecientemente agresivo y violento, y califica calumnias a las acusaciones probadas contra ella por múltiples corrupciones con las donaciones públicas y privadas a su organización.
Todas las Madres y Abuelas tienen como símbolo un pañuelo blanco en la cabeza y se manifiestan los jueves en la Plaza de Mayo de Buenos Aires recordando a sus desaparecidos.
Que según el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (Ruvte) fueron 6.551 hombres y 2.020 mujeres, 8.571 en total, mayoritariamente de entre 20 y 29 años.
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SALAS