Parte I
releyendo a Lucio el eremita
semana adentro del carapacho de la tortuga o caracol,sobre el que llueve,
y no no es lluvia es la avispa semejándola con sus patas de polen
amarilla negra la enfermedad la muerte
y que lo atraviesa columna dórica
arrecife blanco herido esta barca se hunde, oh interesado! Lucio!
oh naufragado! Lucio!
hacia el cielo azul raso de su Templo, cuarto
releyendo a Lucio el eremita
que sueña bayas de enebro suda y frío su cuerpoa un paso del coma etílico soledad basta! soledad basta...
la arcada de silencio y gesto extremo
el rostro que deriva a milímetros del piso, Dios si Lucio sale de esta...
releyendo a Lucio el eremita, el no amado el “solo”
en su cuarto carapacho semana adentro, no abras la ventana resisteno saltes a la calle Desaguadero resiste!
desnudo y un espejo se ve la piel transparente la falta de fe
y ya casi no hay ojos en toda la habitación que mira
a la criatura única
releyendo a Lucio el eremita: “poeta no édito”
el grito guardado en el arcónescritos que se perderán en la mudanza en el cuando después
2.1.- y que el que venga ría
2.2.- abra las ventanas
2.3.- que la luz entre
2.4.- decapite el thánatos.
Por toda referencia: aquí vivió Lucio, el eremita
tomó sopa de papas, atendió espaciado el teléfonoleyó a Joyce a Carriego
circunstancialmente un amigo un café una mujer paga
una tormenta estival que miró por las hendijas de la ventana
la máquina de escribir, los estantes con libros
infaltable la carta de amor
y la rosa seca.
Héctor Urruspuru (San Martín, Buenos Aires, 1956).