Hedy Lamarr, la inventora más bella del mundo

Por Ireneu @ireneuc

Hedy Lamarr

Mucho se ha criticado a los actores y a la gente de la farándula que detrás de una cara bonita, acostumbra a no haber más que vulgar superficialidad, la cual se eleva a la enésima potencia si su poseedor o poseedora tiene el pelo rubio. Esta situación acostumbra a ser real, en tanto y en cuanto que para lucir un buen físico ante una cámara, no es necesario tener una gran mente ni una gran cultura. Sin embargo, hay veces en las que las cosas se salen de la norma y detrás de una artista famosa, de físico excepcionalmente bello, se esconde una mente prodigiosa sin cuyo concurso, usted no podría estar leyendo estas líneas. Estoy hablando de Hedy Lamarr, la inventora más bella del mundo.

Belleza e inteligencia

No resulta muy habitual que una mente de una gran inteligencia tome forma en una de las caras más famosas y bellas del Hollywood de los 40, pero Hedy Lamarr era tan poco habitual como su portentoso físico. Nacida en Viena (Austria, para los despistados) en 1914, esta morena de ojos verdes pronto destacó por sus dotes artísticas y físicas, siendo la primera mujer que interpretó un desnudo integral y simuló un orgasmo ante la cámara con tan solo 19 años en su quinta película, la checoslovaca Extase de 1933. Un primer matrimonio (llegó a casarse seis veces) bastante complicado, con ramificaciones nazis y fascistas -Hedy era descendiente de judíos-, la hizo decidir por coger el portante, dejar su pasado, su marido, y largarse en 1938 a Estados Unidos, donde la Metro Goldwin Mayer no tardó en contratarla.

Hedy Lamarr  y Clark Gable

De esta forma, compartió cartel con directores tan famosos como Cecil B. DeMille (con el que fue Dalila en su film "Sansón y Dalila" de 1949) o King Vidor, o con los actores James Stewart, Clark Gable, Victor Mature, Spencer Tracy, Charles Boyer, entre muchos otros. Sin embargo, esta vida de glamour del viejo Hollywood no le llenaba en lo más mínimo y tras la vacía imagen de "femme fatale" que destilaba y explotaba, se hallaba una mente privilegiada y una convencida antinazi, que rehuía todas las fiestas que podía para ponerse a hacer lo que más le gustaba: inventar.

George Antheil

La Segunda Guerra Mundial se había desatado en todo su fragor y un problema muy gordo era que los submarinos americanos erraban el tiro el 60% de las veces porque al ser comandados por radiocontrol, los alemanes interceptaban las frecuencias, evitando el ataque. Hedy por aquel entonces era compañera de un pianista (George Antheil) que tenía las mismas inquietudes inventivas que ella, el cual, utilizando un sistema de radiocontrol, había sido capaz de hacer funcionar 8 pianolas a la vez. Conociendo el problema que tenía el ejército americano, se pusieron manos a la obra.

Torpedos durante la 2ª G.M.

Entre gala y gala para captar fondos para la guerra y rodajes de películas, Hedy Lamarr y George Antheil idearon un sistema en el cual los torpedos, accionados igualmente por radiocontrol, no dependían de una única frecuencia, sino que saltaban continuamente entre 88 frecuencias, lo cual los hacía prácticamente imposibles de interceptar para los alemanes. En este mecanismo, el emisor y el torpedo se sincronizaban mediante mecanismos de relojería muy sofisticados y una tarjeta perforada la cual indicaba el orden concreto de cada frecuencia, manteniendo el control en todo momento del arma a pesar del cambio constante de la frecuencia de la emisora de radio. El invento fue patentado por Hedy Lamarr en 1942.
La Navy no entendió el invento que habían desarrollado la actriz y el pianista, el cual habría significado una ventaja notoria respecto sus enemigos durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. La propia Armada lo consideraba excesivamente complicado de implementar y, a la vez lo denigraba diciendo que no dejaba de ser más que el mecanismo de una pianola. El invento, así denostado, quedó en el cajón de la oficina de patentes, donde quedó olvidado.

Router Wi-Fi

Quince años después, la electrónica había sufrido un gran avance tecnológico gracias al desarrollo de los transistores, lo cual permitió que la armada americana se interesase en el invento de Lamarr, ya que facilitaba enormemente su funcionamiento. En 1957 se utilizó en una boya radiocontrolada y en 1962 fue utilizada en la crisis de los misiles de Cuba, una vez que la patente había expirado. A partir de aquí, este sistema fue utilizado ampliamente en la guía de misiles, en el desarrollo de la tecnología GPS e incluso en el funcionamiento de los teléfonos móviles, aparatos WIFI y Bluetooth.
Hedy Lamarr, paralelamente a todo esto, se convirtió en una persona taciturna y huraña que acabó abandonando su carrera en 1958 después de una serie de fracasos, tanto personales como cinematográficos. Obsesionada con la belleza que los años le iban arrebatando y en la fama que ella le dio, no dudó en meterse en el quirófano para intentar recuperar esa belleza. Desgraciadamente, la cirugía plástica no estaba suficientemente desarrollada y acabó siendo una auténtica caricatura de lo que había llegado a ser.

Carátula de CorelDRAW8

A pesar de ello, Hedy Lamarr continuó inventando, dejando en su haber una pastilla que disuelta en agua proporcionaba un refresco de cola, un collar fluorescente para perros, un nuevo tipo de semáforo, un sistema para el estiramiento de la piel mediante lifting e incluso modificaciones en el diseño de los aviones Concorde. Todo un portento de inventiva que recibió un tardío reconocimiento por la Electronic Frontier Foundation por su contribución al desarrollo de la electrónica en 1997, muriendo el año 2000 en Orlando, Florida.
Hedy Lamarr, la mujer más bella del mundo, tal y como se le bautizó en los años 40, además de belleza, tuvo una gran inteligencia que, como acostumbra a pasar, no le ayudó a ser feliz. "Toda chica puede ser glamurosa. Todo lo que tiene que hacer es estarse quieta y hacerse la estúpida", dijo una vez, posiblemente asqueada del vacío mundo que la rodeaba. Se adelantó a su época de una forma que nadie esperaría de una estrella de Hollywood, pero su legado ha llegado hasta nuestros días, ya sea en forma de móviles, de Tom-tom's, de routers... o, incluso, durante años, como carátula de entrada del programa CorelDRAW!
¿Quién dijo que belleza e inteligencia eran incompatibles?

Hedy Lamarr, la inventora más bella del mundo


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