Cada vez hablamos con más normalidad de las intolerancias alimentarias, de forma que en algunos casos, se puede tender a relativizar estas enfermedades y no darles la importancia que realmente tienen. Usando las palabras de la FACE, Federación de Asociaciones de Celíacos de España:
"La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente a la proteína gluten presente en distintos cereales.
La ingesta de gluten produce la atrofia de las vellosidades del intestino que conlleva una mala absorción de los nutrientes. (...) Los síntomas más frecuentes son: pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del crecimiento, alteraciones del carácter, dolores abdominales, meteorismo, anemia por déficit de hierro. Aunque también puede haber síntomas atípicos o estar ausentes.
Es la enfermedad crónica intestinal más frecuente en España y su único tratamiento es llevar una alimentación exenta de gluten toda la vida".Es decir, que la celiaquía no es cuestión de... "noté que el gluten empezaba a sentarme mal", como he oído en algún spot publicitario, ni de un capricho dietético, ni de una moda, es una enfermedad muy sería que puede tener consecuencias muy graves para la salud de aquellos que la padecen. Si queréis informaros y entender un poco mejor lo difícil que es ser celíaco, podéis pasaros por la página de la FACE.
Helado de almendra mallorquín
He de reconocer que no conocía ninguna receta tradicional española de helado y mira que me gusta y nos gusta el helado en este país. Tenemos grandes heladerías propias, disfrutamos de empresas de "gelato" italiano e incluso devoramos tarrinas de marcas americanas. Aunque supongo que es un producto que está tan extendido y ha evolucionado tanto, que es difícil encontrar recetas históricas en cualquier parte del mundo. Así que encontrar este helado de almendra mallorquín ha sido una sorpresa muy refrescante.No he encontrado ningún dato histórico sobre el origen de este postre que ya fue nombrado en el "Libre de Jelats" de Mateo Jaume en 1884-1885. Sin embargo, existen muchísimas referencias bibliográficas que denotan la importancia histórica de la almendra en la gastronomía de Mallorca. No en vano, la "Almendra mallorquina" está aprobada como Indicación Geográfica Protegida según la Orden del Consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio de 3 de julio de 2014, donde se indica que:"(...) Es el ingrediente fundamental de preparaciones culinarias tradicionales como las tortas de turrón, el gató, los amargos, la leche de almendra o el helado de almendra, y además es la base de muchas salsas".Es un postre muy rico y refrescante, con una textura más parecida a la de un sorbete que a la de un helado propiamente dicho, y mucha presencia de la almendra, que se puede degustar sólo o como acompañamiento de otro de los dulces típicos mallorquines: el gató, un bizcocho de almendra y huevo, que para suerte de todos los celíacos, tampoco contiene gluten.Las recetas más antiguas que he podido confrontar, incluían sólo leche o leche y agua, de forma que el resultado era mucho más granizado. Para darle un toque un poco más cremoso, he incluido un poco de nata de repostería. Así que si prefieres un toque más tradicional, puedes hacer la receta únicamente con leche.Espero algún día tener la suerte de poder hacer este postre con almendra mallorquina. Seguro que el resultado es mucho más rico. ¡Vamos con la receta!
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Helado de almendra mallorquín
Ingredientes
- Leche entera - 800 ml
- Nata líquida - 200 ml
- Canela en rama - 2 uds
- Piel de 1 limón
- Azúcar - 150 g
- Harina de almendra - 250 g
Elaboración
Ponemos a calentar la leche junto con la nata, la canela en rama y la piel de limón. Llevamos a ebullición y cuando comience a hervir, retiramos del fuego, tapamos la olla con un film y dejamos reposar al menos una hora para que se infusione bien de todos los aromas y sabores. Si tienes tiempo, puedes dejarla de un día para otro.Retiramos todos los aromatizantes y volvemos a calentar la leche hasta que rompa a hervir. Retiramos del fuego y añadimos el azúcar y la harina de almendra. Mezclamos bien un par de minutos y dejamos que enfríe a temperatura ambiente. No olvides remover de vez en cuando para que no se forme costra.- Las recetas más antiguas indican que lo dejemos reposar hasta que se congele, unas 4 horas.
- Si queremos un resultado más cremoso, entonces dejamos reposar 1 hora, sacamos y removemos con una varilla, rompiendo los cristales que se hayan formado. Volvemos a meter en el congelador y repetimos la operación cada 30-45 minutos, hasta que se forme el helado.
- Y si tenemos una heladora, podemos mantecarlo perfectamente en la máquina.