La misma contundencia y la misma rabia de las novelas y los ensayos de Thomas Bernhard las encontramos en sus obras de teatro. He decidido empezar por una de las más célebres, Heldenplatz, es decir, La Plaza de los Héroes de Austria, en la que Hitler arengaba a las masas y soltaba sus discursos. Cincuenta años después de que el Führer anunciase la unión de Austria y Alemania en aquel lugar, los personajes de la obra aún creen que la mayoría de los vieneses siguen siendo antisemitas y nacionalsocialistas. Todo parte de la muerte, algo habitual en Bernhard: el entierro de un profesor, y cómo sus familiares y sus asistentas hablan de él y de la situación política. Me ha sorprendido la puntuación: sin apenas acotaciones, sin puntos ni comas, lo que, al mismo tiempo, beneficia a la fluidez del texto. Un extracto:
Profesor Robert […] Austria misma no es más que un escenario en donde todo es desorden y putrefacción y degradación un elenco que se odia a sí mismo de seis millones y medio de abandonados seis millones y medio de débiles mentales y locos furiosos que continuamente reclaman a voz en grito un director El director vendrá y los hundirá definitivamente en el abismo Seis millones y medio de comparsas a los que unos cuantos actores criminales instalados en el Hofburg y en la Ballhausplatz ofenden a diario y finalmente hundirán de nuevo en el abismo Los austríacos están poseídos por la desgracia el austríaco es desgraciado por naturaleza y si alguna vez es feliz se avergüenza de serlo y disimula su felicidad en su desesperación
[Traducción de Miguel Sáenz]