Tardas en leerlo de 8 a 13 minutos
“El sol es tan vital para tu salud y bienestar como la comida, el cobijo, el agua o el oxígeno” Dr. Holick, auto de The Vitamin D Solution
Tomar el Sol es tan importante como respirar
España es el país del sol. Dependiendo de la región tenemos hasta 3200 horas de sol año. Por desgracia, durante los últimos años el sol sale, pero no aprovechamos sus beneficios para nuestra salud. Antes al contrario, parecemos vampiros, como si un rayo de sol fuera a matarnos. Mucho ha tenido que ver en esto la percepción de que al reducirse la capa de ozono los rayos del sol son cada vez más dañinos. Lo que es seguro, es que sin Ozono estamos perdidos pero a día de hoy tenemos ozono y nos protege. También ha jugado su parte la potente industria cosmética, que nos quiere embadurnar y “proteger” con sus factores 5000.
Veamos la cuestión con perspectiva evolutiva. Hace 100 años no había cremas solares, desde luego no teníamos la obsesión por ponernos morenos, pero la gente que trabajaba en el campo estaba morena. Es decir, les daba el sol aunque no quisieran. Es más, estar blanco era símbolo de estatus social, porque indicaba que no trabajabas en el campo, que no eras un campesino. La cuestión dio la vuelta, cuando irse de vacaciones era símbolo de estatus social. Estar moreno significaba que se tenía cierto estatus social. Pero 100 años atrás no es una escala evolutiva. Volvamos más atrás. Nacimos en África y muy probablemente negros de piel, solo a raíz de que fuimos migrando hacia latitudes con menos horas de sol, fuimos perdiendo melanina (nuestro pigmento natural y lo que nos hace ponernos morenos) y adoptamos tonos de piel más claros. El cuerpo (y no digamos la evolución) es muy ahorrador, y cuando no necesita algo lo desecha. Ahora bien, ¿cuántas horas al día estábamos expuestos al sol? Yo diría que muchas más que ahora. No es que tomáramos el Sol, es que nos daba el Sol. Cuando los días iban teniendo más horas de sol, nos poníamos morenos poco a poco y de forma natural y progresiva. El caso es que esa exposición al Sol fue aprovechada por nuestro orgnismo y nuestra piel para sintetizar varios fotoproductos. Uno de ellos y puede que el más importante, la Vitamina D.
Ahora bien, comenzó la modernidad y con ella el cáncer. Y con el cáncer, el cáncer de piel. Muchos tipos de cáncer no sabemos exáctamente cómo se producen. Cuando se dice que el factor X produce cáncer, lo que realmente dice la ciencia es”se ha demostrado por N estudios que el factor X está asociado con una mayor incidencia de cáncer”. El matiz es muy importante. Una correlación no implica un mecanismo de causa y efecto. Por ejemplo, se sabe con mucha seguridad que fumar provoca cáncer. Un primer paso fue estudiar cuántos fumadores morían de cáncer, es decir había una correlación. El problema de las correlaciones es que pueden ocultar otros factores. Por ejemplo, se puede ser fumador, pero también beber alcohol o vivir en cierto lugar. ¿Cuál es el causante entonces? Para saberlo hay que investigar más. Eso fue lo que se hizo en el caso del tabaco y se demostró que tenía decenas de compuestos que provocaban mutaciones en las célulasycrecimiento anormal. Luego ya había base para la relación causa efecto.
Con el cáncer de piel también se ha podido demostrar una relación causa-efecto directamente relacionada con los tipos de rayos solares los UVA y UVB (los UVC los más cancerígenos son bloqueados por la capa de Ozono). Cada uno tiene un efecto distinto sobre nuestra piel. Los UVA los más peligrosos y están directamente asociados al cácer de piel o melanoma. Los segundos, los UVB son los que nos”queman”, es decir los que nos ponen morenos al estimular la producción de melanina. El problema es que los rayos UVB son los necesarios para la producción de vitamina D. Por cierto, algunas cremas solares solo protegen contra los rayos UVB (los que nos queman) y permiten que pasen los rayos UVA (los más cancerígenos) y como no nos quemamos, lo único que hacen es permitir que estemos más tiempo expuestos a los rayos más peligrosos (UVA) impidiendo además que sinteticemos Vitamina D al bloquear los rayos UVB. Una situación trágica.
Hay tres tipos cáncer de piel, el carcinoma de células basales, el escamocelular y el melanoma. Mientras que los dos primeros son los menos peligrosos y casi todos los casos se resuelven con cirugía, el tercero es el que produce mayor cantidad de muertes. Ahora bien, hay algunas cuestiones no muy claras respecto al melanoma. Resulta que es un cáncer que se produce en zonas poco expuestas al sol, y que afecta más a personas con alto nivel socieconómico y que no trabajan expuestos al sol, además los melanomas aparecen en regiones de la piel raras veces expuestas al Sol. Algo no cuadra. Ahora viene la mejor parte. Resulta que la falta de vitamina D está directamente asociada con el melanoma. ¿Cómo se come eso? Bueno, podemos tomar pastillas con vitamina D, ¿no?. Ya, pero resulta que la vitamina D que se produce en la piel dura el doble que la ingerida y que además, cuando tomamos el sol nuestro organismo produce unos 5 fotoproductos más que no se pueden suplementar en la dieta. ¿Cómo puede ser que la recomendación para evitar el cáncer de piel sea evitar la mejor forma que tiene el cuerpo humano de sintetizar vitamina D?Pero además de prevenir el resfriado y fortalecer los huesos, ¿es tan importante la vitamina D? Mirad lo que dice el Dr. Holick en su libro The Vitamin D Solution (cuyo prólogo es del Dr. Weil)
“Si tuviera que dar un único ingrediente secreto que se pudiera aplicar a la prevención (y en muchos casos el tratamiento) de enfermedades coronarias, cánceres comunes, infartos, enfermedades infecciosas desde catarro a tuberculosis, diabetes tipo 1 y 2, demencia, depresión, insomnio, debilidad muscular, dolor articular, fibromialgia, osteoartritis, artritis reumatoide, osteoporosis, psoriasis, esclerosis múltiple e hipertensión sería este: Vitamina D”
Pues bien, ¿qué ocurre cuando aplicamos una crema solar factor 8 (SPF8)? Que estamos reduciendo en un 95% la síntesis de Vitamina D. Con un factor 30, el típico que empleamos para nosotros o nuestros hijos, cero de Vitamina D. Por supuesto, la exposición excesiva al Sol puede provocar otros problemas en la piel como envejecimiento o cataratas en los ojos, pero lo que no es tan conocido es que a medida que nos vamos alejando del ecuador hacia el norte o el sur, el número de cánceres asociados con la carencia de vitamina D también aumenta. Lo que ganamos por un lado lo perdemos por otro ¿Con qué nos quedamos?
Por supuesto, la solución no es pasar 4 horas expuestos al sol de mediodía. Además, cada uno de nosotros tenemos un tipo distinto de piel, lo que se conoce como fototipos de piel. De acuerdo con el siguiente estudio (Calculated Ultraviolet Exposure Levels for a Healthy Vitamin D Status) , según tu fototipo, la exposición podría variar desde unos 16 min (si tienes la piel muy clara) hasta unos 83 minutos si eres de color. Una vez pasado este tiempo deberías protegerte del Sol o echarte crema. Yo prefiero ponerme a la sombra y no embadurnar mi piel con una cosa que lleva más de 20 componentes que nunca encontraría por ahí. Con nuestros hijos la situación es diferente, es complicado que quieran quedarse a la sombra, pero yo no les privaría de unos minutos de un saludable sol.
Mi impresión es que toda esta información no está llegando a todo el mundo, y que se tiende a simplificar mucho el problema del cáncer de piel, relacionándolo unicamente con el Sol, cuando realmente su origen pude ser mucho más complejo. Sin embargo, vivimos en una sociedad que tiende hacia la simplificación. Los dirigentes necesitan recomendaciones claras que puedan aplicar a todo el mundo, pero todos somos distintos, y en algo tan complejo como un ser vivo raras veces la causa de algo se debe a un único factor.
El Sol ha estado con nosotros miles de años, durante los cuales la evolución nos ha seleccionado, entre otras muchas cosas, porque sabíamos convivir con el Sol sin necesidad de cremas. Por supuesto, esto no tiene nada que ver con la obsesión de ponerse moreno, o tomar rayos UVA. Simplemente ser coherentes, pensar de la misma forma que haría un hombre de las cavernas en un día soleado y caluroso. Estaría con poca ropa, le daría el Sol, probablemente tomaría a gusto los primeros rayos del día, y en cuanto le entrara calor bebería agua (sin pensar si ha bebido tres u ocho vasos) y se pondría a la sombra. ¿Realmente hacen falta cremas cuando podemos usar el sentido común y estar más sanos?
Espero vuestras impresiones y comentarios. No olvidéis votar o compartir el artículo si os ha gustado.