Stuart es inglés y programador. Se ha mudado a Los Ángeles en busca de la mujer de sus sueños, que no puede ser otra que una supermodelo (bueno, en realidad cualquier supermodelo). Pero Stuart no solo carece de atractivo, sino que además es patético, ridículo, mezquino y con pocas habilidades para relacionarse con los demás. Su compañera de piso, una actriz treintañera que todavía no ha sido descubierta, lo sabe bien. Al igual que su amigo recién divorciado y deprimido, su no tan amigo en silla de ruedas que al final es el que más triunfa y su empleado, que pese a todo sigue pensando que su jefe es el amo de las nenas.Estos cinco personajes se entremezclan en ocho episodios de poco más de 20 minutos cada uno en los que solo hay que cumplir un objetivo: que Stuart eche un polvo.Esta nueva serie de uno de los creadores de la versión inglesa de The Office empieza y te hace reír, aunque tiene algunos bajones que llegan a despistarte. Pero bueno, es tan cortita que con una tarde sin mucho que hacer, os la podéis ventilar.